Muchos padres de la escuela pública de primaria Taimei, situada en el barrio toquiota de Ginza (Japón) han pegado el grito al cielo. Todos los apoderados recibieron -como de costumbre- una carta de bienvenida pero notaron un detalle bastante curioso. El director indicaba que para un nuevo curso escolar, los alumnos deberán vestir un uniforme Armani y desembolsar el triple de lo que cuesta uno normal.
Toshitsugu Wada, director de la escuela, afirmó que había la necesidad de que los uniformes fueran de la conocida marca italiana para que los alumnos vistieran de una manera digna y acorde al entorno exclusivo.
La propuesta significaba para los padres una factura de 80.000 yenes (600 euros). Un importe muy superior a los 125 euros que cuesta para un niño o 150 euros para una niña el uniforme básico, que consta de chaqueta, pantalón o falda, camisa o blusa y un sombrero.
Las autoridades japonesas tomaron nota de este suceso e indicaron que se investigará las razones de tal decisión. Una de la madres agregó “me preocupa que a los niños se les quede la idea de que algo caro es bueno y algo barato es malo”. Paralelamente, el titular de Educación, Yoshimasa Hayashi, anunció que tomaría medidas para aliviar la carga económica de los padres a la hora de comprar los nuevos uniformes.