La desesperación de los desempleados en Italia está llegando a extremos. En las últimas semanas se han reportado casos de personas que se inmolan 'a lo bonzo' ante la impotencia de no conseguir un trabajo para mantener a sus familias.
Un estudio del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (Eures) que analiza el suicidio en Italia desde el inicio de la crisis en 2009 revela que el número de las personas que se quitó la vida ese año aumentó un 40% con respeto al 2008, informó la página web del diario español El Mundo.
Esta ola de autoeliminaciones empezó entre los pequeños y medianos empresarios del norte del país, al verse acorralados por las deudas y por el inminente cierre de sus negocios.
Hace unas semanas, Angelo di Carlo se roció con un líquido inflamable que llevaba en una pequeña mochila y se prendió fuego frente al Parlamento italiano.
Este hombre de 54 años murió ocho días después por las quemaduras en el 85% de su cuerpo. En su equipaje había dos cartas: una para su abogado y otra para su hijo adolescente, a quien le dejó los 160 euros que tenía en sus ahorros.
Ayer, un mecánico desempleado de 48 años se quemó a lo bonzo en un campo a las afueras de Turín. No soportaba más la situación de precariedad en la que vivía.