Redacción PERÚ21

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Una operación cambió su vida. El joven estadounidense se desfiguró luego de intentar suicidarse con un arma en 2016. Tras fallar su disparo, su rostro quedó completamente deforme. 

Las consecuencias fueron graves. Underwood quedó con daños en la mayor parte de su mandíbula inferior, casi sin dientes ni nariz, y con afectaciones a su región maxilar y paladar que lo obligaron a llevar una dieta líquida.

Después de haber consultado a una serie de médicos convencionales, el cirujano Eduardo Rodríguez, de la Universidad de Nueva York Langone Health, le dio una nueva esperanza al someterlo a un trasplante de cara. 

La cirugía se realizó en enero, participaron más de 100 médicos y tuvo una duración de 25 horas, para su planeación se usó una computadora en 3D y una máscara impresa en 3D de la cara del donante.

"Estoy muy agradecido de tener un trasplante de cara porque me da una segunda oportunidad en la vida. Aunque todavía me estoy recuperando y recuperando la sensación y la movilidad, sobre todo con mis labios, todavía estoy muy feliz con los resultados. Tengo una nariz y una boca, así que puedo sonreír, hablar y comer alimentos sólidos de nuevo", señaló Underwood. 

TODO GRACIAS A WILL

La segunda oportunidad de Cameron no hubiera sido posible sin su donante, William Fisher, de 23 años, quien fue un aspirante a escritor y cineasta que murió repentinamente en la víspera de Año Nuevo 2017 después de una larga batalla con una enfermedad mental.

"La muerte de mi hijo fue una tragedia, estoy agradecido de que, al cumplir con su decisión, dar vida a otros, y especialmente que Will y el Dr. Rodríguez le hayan dado a Cameron y su familia la oportunidad de recuperar sus sueños", señaló la madre del donante.