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Guerra en Ucrania: Iglesias ortodoxas divididas por la invasión

Guerra en Ucrania: Iglesias ortodoxas divididas por la invasión

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Fecha Actualización
La Iglesia ortodoxa de Ucrania dejó de depender de las autoridades religiosas de Rusia en 2019. De esta forma se ponía fin a una relación con el patriarcado ortodoxo de Moscú tras 300 años de tutela. Sin embargo, a pesar de esta separación, la Iglesia ortodoxa rusa ha seguido teniendo mucha influencia en la vida religiosa de los ucranianos y sus parroquias siguen presentes en distintas ciudades.
Pero la guerra ha dejado evidentes posiciones distintas entre las autoridades eclesiásticas y muchos fieles a la Iglesia ortodoxa rusa han manifestado su rechazo hacia Cirilo I (también llamado Kirill), el patriarca de Moscú y máximo representante de esa institución religiosa. ¿La razón? Su apoyo a las decisiones de Vladimir Putin y la invasión a Ucrania.
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CISMA HISTÓRICO
Para entender lo que viene ocurriendo con este conflicto religioso es preciso volver a 2019, año en el que nace oficialmente la Iglesia ortodoxa de Ucrania (IOU), impulsada por el entonces presidente Petró Poroshenki. Esta institución fue creada con el fin de unir a todos los ortodoxos del país, dispersos hasta entonces en tres comunidades distintas: la Iglesia ortodoxa de Ucrania de la Patriarquía de Moscú (IOU PM), la Iglesia ortodoxa de Ucrania de la Patriarquía de Kiev (IOU PK) y una Iglesia independiente minoritaria.
Lo que se creía que sería una transición fácil finalmente no lo fue. La Iglesia ortodoxa de Ucrania de la Patriarquía de Moscú (IOU PM) quedaría fuera de este intento de unificación, aunque dejó a sus más de 12 mil parroquias la decisión de seguir o no bajo el liderazgo moscovita. De esta forma quedaban un gran número de cristianos ortodoxos en Ucrania que tenían como máxima autoridad eclesiástica a un patriarca ruso residente en Moscú.
Volviendo a la creación de la nueva iglesia nacional autónoma, esta fue reconocida oficialmente por el patriarca Bartolomé, de la Iglesia ecuménica de Constantinopla. El decreto que determinó su independencia de la Iglesia ortodoxa rusa fue firmado el 5 de enero de 2019.
Sin embargo, Rusia no reconoció la autoridad de Bartolomé para promulgar el decreto y otras iglesias ortodoxas del mundo quedaron a la expectativa acerca de si aceptar o no a la nueva iglesia autónoma ucraniana. Por otro lado, como jefe de la IOU fue nombrado el metropolita (un cargo eclesiástico equivalente al católico de arzobispo) Epifanio, quien sigue hasta el día de hoy.
A dos años del proceso, vale recalcar que hoy existen dos grandes comunidades ortodoxas en Ucrania: la Iglesia ortodoxa de Ucrania de la Patriarquía de Moscú (IOU PM) –que responde a la iglesia de Rusia– y la Iglesia ortodoxa de Ucrania (IOC) –autónoma. Los treinta millones de creyentes ucranianos ortodoxos se reparten entre estas dos ramas. De este modo, la influencia que llega a tener Rusia en los ucranianos a nivel religioso es bastante alta. Sin embargo, esto podría cambiar.
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REBELIONES
A los pocos días de iniciada la invasión, desde Rusia el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR) Cirilo I bendijo el proceder ruso en tierras ucranianas y de alguna manera la justificó usando términos teológicos.
Según el jefe de la poderosa iglesia rusa, “las fuerzas del mal” son las que intentan destruir la unidad de la iglesia ortodoxa rusa con los países surgidos de la Rus, un Estado medieval que se considera el antepasado de Rusia, Ucrania y Bielorrusia.
No es la primera vez que Cirilo I defiende las decisiones de Putin. Anteriormente no ha dudado en justificar la represión policial de las manifestaciones opositoras o bendecir las armas y guerras de Moscú en el extranjero. En 2012, expresó su fidelidad al Kremlin señalando que la presidencia de Vladimir Putin es “un milagro de Dios”.
“El patriarca ruso ve la guerra con Ucrania como una especie de guerra cultural entre una concepción occidental de la vida y una concepción oriental de la vida”, le explica a BBC Mundo Thomas Bremer, profesor de Teología Ecuménica e investigador de la Iglesia ortodoxa rusa de la Universidad de Münster, Alemania.
La actitud de Cirilo I trajo innumerables críticas entre las autoridades ortodoxas y los creyentes ucranianos. Tanto la IOU PM y la Iglesia ortodoxa local –que se podrían considerar rivales– han condenado la invasión.
El metropolitano Onufriy Berezovsky de Kiev —que representa a la IOU PM en Ucrania— condenó enérgicamente las acciones rusas e interpeló directamente a Putin, pidiéndole el fin inmediato de la “guerra fratricida”. También ha llamado a Cirilo I, de quien depende, para que ayude a resolver el conflicto.
Los creyentes ucranianos de la IOU PM también han reaccionado contra la postura de Cirilo I, un descontento que puede crecer aún más con el pasar de los días y que puede debilitar la influencia religiosa de Moscú. Ya hay diócesis de Ucrania que, como parte de su desacuerdo, han dejado de orar por el patriarca ruso en los actos litúrgicos, una acción que es considerado como “desobediencia”.
“Por lo general, en la liturgia, se menciona al jerarca más alto, se ora por él. Pero muchos dejaron de hacerlo. He visto videos en Internet en que los sacerdotes dicen: ‘Nos defraudó y ya no es nuestro patriarca, no podemos confiar en él’”, comenta Thomas Bremer sobre esta suerte de rebeldía.
A ello se suma que muchas iglesias hayan quedado destruidas a causa de los ataques de las tropas rusas, quedando inservibles incluso para ser usadas de refugio. Todo ello ha llevado a que muchos clérigos y feligreses pidan la escisión definitiva de la iglesia moscovita.
Y este descontento por el actuar del patriarca ruso también se ha visto en su propio país. Semanas atrás, unos 300 sacerdotes y diáconos rusos firmaron una carta abierta titulada “Sacerdotes rusos por la paz”, donde piden un “alto al fuego inmediato”. “Pensamos con amargura en el abismo que tendrán que superar nuestros hijos y nietos en Rusia y Ucrania para volver a ser amigos, respetarse y quererse”, se lee en la carta.
De esta forma, a la par de la sangrienta guerra, se vive un conflicto que, aunque silencioso, resultará a fin de cuentas determinante para los intereses de la religión ortodoxa en Ucrania.

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