El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha anunciado este miércoles la retirada de su país de la Corte Penal Internacional (CPI) por los intentos de este tribunal de investigar su polémica guerra contra las drogas, que ya ha causado más de 7.000 muertes.
"Declaro e inmediatamente doy aviso, como presidente de la República de Filipinas, de que nos retiramos inmediatamente del Estatuto de Roma (la carta fundacional de la CPI)", señaló Duterte en un documento divulgado a la prensa en Manila, la capital del país, para romper su vinculación con la entidad de justicia mundial.
El Gobierno de este país argumentó que que el organismo violaría su soberanía nacional si somete a juicio la guerra antidroga, ya que la jurisdicción de esta materia pertenece a los tribunales locales.
También, Duterte afirmó también que varios funcionarios de la ONU son autores de "ataques sin fundamento, sin precedentes e indignantes" contra su persona y su administración.
Se prevé que el gobierno filipino tiene intención de remitir de forma inminente su decisión ante La Haya, sede de la CPI, un tribunal con 123 miembros en el que brillan por su ausencia importantes potencias como EE. UU., China o Rusia.