Graham Dickson, un cirujano ortopédico descubrió con horror los cuerpos sin vida de sus tres pequeñas hijas, asesinadas por su madre, en la noche del pasado jueves en la noche, tras llegar de una jornada laboral en el Hospital Timaru, Nueva Zelanda.
“¿Esto realmente está sucediendo?”, se lamentó Dickason mientras veía la espantosa escena, incrédulo de lo que estaba ocurriendo. Así describieron la situación los vecinos de la pareja según lo publicado en The Mirror.
La familia Dickason se había instalado en la casa de Nueva Zelanda solo una semana, pues debieron pasar 14 días de cuarentena en un hotel tras llegar de un viaje a Sudáfrica.
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Según Daily Mail, los vecinos especularon que estos días de cuarentena obligatoria podría haber ocasionado un episodio de crisis en Lauren, quien estaba casada con Dickason ya más de 15 años.
“El primer ruido que escuchamos fue el de alguien sollozando, y luego escuchamos un ruido sordo como si alguien acabara de cerrar una puerta. Pudimos ver a alguien a través de nuestra cerca deambulando detrás de la casa y llorando”, indicó Jade Whaley, una vecina de la familia, para el diario local Stuff.
Por otro lado, la exniñera de las menores en Sudáfrica, Mendy Sibanyoni, indicó que no comprendía las razones de tal macabro actuar, pues nunca percibió algún tipo de problemas en la familia, asegurando que ambos padres amaban a sus hijas.
Lauren no respondió ante el Tribunal del Distrito de Timaru tras ser acusada de asesinato, según informa Daily Mail, y fue trasladada a una unidad de salud mental hasta su próxima cita en el Tribunal Superior de Timaru, programado para el 5 de octubre.