Elon Musk dice que quiere que Twitter alcance su “extraordinario potencial”. Sin embargo, la adquisición ha traído consigo diversas dudas.
Elon Musk dice que quiere que Twitter alcance su “extraordinario potencial”. Sin embargo, la adquisición ha traído consigo diversas dudas.

No faltaron los que pensaron que estaba soltando una broma al señalar semanas atrás su intención de hacerse con la totalidad de . A inicios de abril, el hombre más rico del planeta anunciaba la compra del 9.2% de acciones –lo que ya lo convertía en el accionista principal–, pero quería más. Un mes después, ya es el dueño de una de las redes sociales más usadas e influyentes del planeta. El capricho le costó US$44 mil millones.

Con 80 millones de seguidores, Elon Musk es una de las personalidades más activas en la red social. Según estadísticas, sus tuits alcanzan los 3 mil anuales, lo que deja un promedio de 8 mensajes por día. Gran parte de ellos abarcan anuncios de dos de sus empresas principales, la aeroespacial Space X y el fabricante de vehículos eléctricos Tesla, pero no se ha limitado de hablar de otros temas de coyuntura, como políticos y hasta del propio Twitter. El empresario le ha dedicado decenas de mensajes a la red social, como este de 2017 cuando escuetamente escribió: “Amo Twitter”. El mensaje recibió una respuesta del entonces CEO Jack Dorsey, que decía “igual”. Más tarde, un usuario le sugeriría a Musk que debería comprarlo, a lo que el millonario respondió: “¿Cuánto cuesta?”, sin imaginar que cinco años después sería el dueño.

El dueño de Tesla había señalado anteriormente que tenía intenciones de crear su red social. No se trataba de un deseo gratuito. En 2018 un tuit suyo inició una enemistad con Twitter. Ocurrió cuando Musk usó un mensaje para señalar que estaba “considerando hacer privada a Tesla por US$420″. El mensaje llevó a que las acciones de la empresa subieran de inmediato, pero la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC, por sus siglas en inglés) acusó directamente al empresario de confundir a los inversores. Finalmente, se llegó a un acuerdo que determinó como requisito fundamental que Musk obtenga la aprobación previa de los otros ejecutivos de Tesla antes de tuitear sobre la compañía. Posteriormente, este 2022, el multimillonario volvió a estar en la mira de la SEC luego de preguntar a sus seguidores de Twitter si debería vender el 10% de su participación en la empresa automotriz. Por esos días diría que “pensaba seriamente” en crear su propia plataforma de redes sociales ya que Twitter no “defendía” sus principios de libertad de expresión.

Pero, lejos de embarcarse en el sueño de la red social propia, como sí lo ha hecho Donald Trump con Truth Social, Musk finalmente decidió comprar el 9.2% de las acciones de Twitter, pero acaso ese sería el primer paso para su principal intención. Tras lanzar una oferta millonaria, un rechazo inicial de los accionistas y realizar una serie de diálogos con el consejo de administración de la red social, finalmente el lunes 25 de abril se concretó la compra. Luego del acuerdo, en los próximos meses, Twitter dejará de cotizar en bolsa.

El negocio fue sorpresivo. De esta forma, el multimillonario sudafricano suma una empresa más a su catálogo de inversiones, lo que le ha llevado a tener un patrimonio de US$300,000 millones, según Forbes. Su riqueza alcanza una ventaja en US$100,000 millones sobre el segundo lugar, Jeff Bezos, fundador de Amazon y es casi el doble de la de Bill Gates. El patrimonio neto de Musk supera los PIB de Colombia, Finlandia, Pakistán, Perú, Chile, Portugal, entre otros.

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¿POR QUÉ TWITTER?

Nacido en Sudáfrica, pero trasladado a Canadá a los 17 años para realizar sus clases de pregrado en Ontario y lograr después cursar Economía y Física en la Universidad de Pensilvania, Musk ha confirmado, a lo largo de sus años, su gran éxito y visión para los negocios, pero ¿ocurrirá lo mismo con Twitter, una red social que no ha disfrutado del crecimiento exponencial de sus rivales?

Según señala el New York Stock Exchange, desde hace poco menos de nueve años, Twitter tuvo pérdidas cada año, con excepción de 2018 y 2019, cuando el grupo obtuvo algo más de 1,000 millones de dólares de ganancia. Los ingresos de la red social provienen esencialmente de la publicidad, pero la plataforma no atrae suficientes usuarios para obtener ingresos considerables. A fines de 2021, Twitter tenía 217 millones de usuarios “monetizables” (expuestos a la publicidad en la plataforma), una gran diferencia con Facebook, que llega a los 2,000 millones de usuarios. Pero a Musk parecen no importarle, por el momento, los números. Durante una participación en una charla Ted2022 previa a la compra total de Twitter, mencionó que su interés no partía de motivaciones económicas. “Tengo simplemente la fuerte intuición de que tener una plataforma pública y abierta a la mayor cantidad de gente es extremadamente importante para el futuro de nuestra civilización”, aseguró.

Y, en su primer mensaje tras convertirse en dueño de la compañía, aseguró que su objetivo principal era fomentar la libertad de expresión, lo que conlleva terminar con la moderación y las restricciones de contenido de la plataforma. “La libertad de expresión es la base de una democracia para que funcione y Twitter es la plaza pública digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”, dijo. “También quiero que Twitter sea mejor que nunca mejorando el producto con nuevas funciones, haciendo que los algoritmos sean de código abierto para aumentar la confianza, derrotando a los bots de spam y autenticando a todos los humanos”, agregó.

¿Pero qué entiende Musk por libertad de expresión? Ese es el dilema que cuestionan los que han criticado la compra. Teniendo en cuenta que lo ideal sería tener una plataforma sin insultos y sin censura, resulta casi una utopía tener a ambos juntos. Los críticos han mencionado que una disminución de los mecanismos de moderación podría dar lugar a la proliferación de discursos de odio o contenido extremista, prohibidos actualmente por la red social. Por ejemplo, la cuenta de Donald Trump fue suspendida de forma permanente el año pasado a raíz de los disturbios en el Capitolio de Washington. Con los cambios propuestos por Musk, ¿Trump podría volver a la red social?

Frente a esta duda, algunos usuarios han amenazado con abandonar Twitter, mientras que otros ya cancelaron sus cuentas, aunque aún se trata de un número mínimo. Por otro lado, la Unión Europea, ya ha salido a advertir que a nivel europeo hay “reglas” que cumplir. Las dudas sobre el futuro de la red social (o plaza pública, como dice Musk) están abiertas. Por lo pronto, solo sabemos que el hombre más rico del mundo tiene el control de Twitter, y de nuestra información allí guardada.

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