La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, enfrenta la mayor huelga de empleados públicos desde 2003, con un total de 350 mil manifestantes que se suman a las protestas, según informaron los gremios sindicales.
Solo hoy, los sindicatos de los policías federales y policías camineros federales se unieron a la masiva marcha en el centro de Rio de Janeiro, en demanda de un aumento significativo de sus salarios.
Las relaciones entre los trabajadores y el gobierno se deterioraron cuando este último anunció el descuento de los días de paro, y se agravaron aún más tras un decreto que permite reemplazar a los empleados federales en paro por otros de las provincias.
APOYO DE LULALa jefa de Estado analizó la crítica situación junto al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en una reunión de varias horas y una posterior comunicación telefónica. Según se supo, huelguistas también pidieron a Lula que interceda para arribar a puntos de consenso en el caso.