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San Valentín: estas tres historias de ‘amor’ sin fronteras te sorprenderán
“Ay, el amor, cosa tan rara…” reza la letra de una canción de Denise de Kalafe. Sin duda este sentimiento no conoce de razas, de culturas o fronteras; sin embargo, encuentra un sinfín de historias únicas que en el fondo todos hemos experimentado alguna vez.
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“Ay, el amor, cosa tan rara…” reza la letra de una canción de Denise de Kalafe. Sin duda este sentimiento no conoce de razas, de culturas o fronteras; sin embargo, encuentra un sinfín de historias únicas que en el fondo todos hemos experimentado alguna vez.
Así como conocemos relatos fascinantes de personajes conocidos mundialmente, también existen historias de parejas que lograron hasta lo imposible por mantener despierta la pasión por una vida juntos. Aquí te contamos tres relatos.
Un amor que luchó contra el Alzheimer
“Prometimos ante Dios estar juntos en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, aunque a decir verdad... menos por la riqueza, pasamos por todo y acá estamos”, bromea Sandra Sabella al empezar el relato de su historia con Sergio Díaz.
Sergio era empleado del padre de Sandra cuando se conocieron. Él tenía 20 años y ella apenas 15 cuando se casaron.
Después de más de 30 años juntos, Sergio fue diagnosticado con Alzheimer precoz cuando tenía 52. No habla y deambula por la casa. Tiene tres hijos y siete nietos que ya no reconoce, cuenta TN.
“Es increíble como la persona se olvida de cosas simples como sentarse, usar una cuchara, de la persona que está al lado, de sus nietos”, lamenta.
Sandra es licenciada en Enfermería, pero cuenta con la ayuda de enfermeros que asisten a su esposo cuando ella está trabajando en la Sala de Primeros Auxilios de Villa Moll en Buenos Aires, Argentina.
“Acá estamos, aunque él está por obligación (se ríe), ¿quién sabe si estuviera bien, me hubiese seguido aguantando?, yo estoy por elección”, señala Sandra para agregar que las personas con Alzheimer sienten las demostraciones de afecto.
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“¿Si te conocen?, ¿quién lo sabe?, yo creo que sí, solo que no lo pueden exteriorizar. El afecto es lo importante. Después el resto no importa, si en definitiva la vida para todos nosotros es solo el instante que disfrutamos”, aclara.
Un trabajo, realizado por expertos en España, determinó que una de cada tres personas con enfermedad de Alzheimer de inicio temprano presentó síntomas iniciales diferentes al trastorno de memoria, como la alteración conductual, del lenguaje, visual o problemas cognitivos.
Amor sin fronteras para una pareja de refugiados
Era el año 1975 cuando Yoeuth Yoeun huyó por el bosque de Camboya luego que los jemeres rojos acabaran de tomar el poder. Tenía 5 años y había perdido a todos sus seres queridos, cuenta El País.
Valiéndose por si misma, sobrevivió durante años en campamentos para refugiados camboyanos en Tailandia hasta los 17 años, cuando conoció a un hombre que trabajaba en un hospital infantil. Preguntó si necesitaban personal de apoyo y la contrataron.
Sin tener conocimientos sobre medicina Yoeuth logró obtener estudios de anatomía y atención sanitaria básica en el hospital que había sido habilitado por Médicos Sin Fronteras. En las salas del nosocomio su vida sentimental cambiaria para siempre cuando conoció a Chamroeun Ros, su actual esposo.
Ros también huyó de Camboya cuando era muy joven. Él cruzó la frontera rumbo a Tailandia para evitar ser reclutado por el Ejército. Tardo 15 días en cruzar el camino hasta el refugio en Khao-I-Dang.
Su sueño siempre fue servir a las personas a través de la ayuda hospitalaria y, como no estaba en el registro de refugiados, tuvo que ingeniárselas para pasar como personal del servicio médico.
Por casualidades de la vida, o el destino, conoció Yoeuth en el mismo centro donde ella trabajaba. Entablaron conversación y rápidamente se enamoraron. Sin embargo, una decisión de ella el destino de su relación.
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En 1991 la mujer volvió sola a Camboya y se instaló en la provincia de Phnom Penh, dejando solo a Ros en Tailandia.
Para el joven refugiado esta historia de amor no podía tener un final trágico, por lo que unos años después decidió ir hasta su natal en busca de la mujer de su vida. En 1994 se casaron y desde ese momento se volvieron inseparables.
En 1996 decidieron volver a trabajar para Médicos Sin Fronteras, ayudando en la atención a pacientes con infecciones de transmisión sexual o que viven con VIH/SIDA, pero esta vez en Banteay Mean Chey, una provincia de Camboya.
Un amor con cromosomas extra
Luca y Silvana son dos adultos italianos con síndrome de Down. Estaban tan enamorados que planearon casarse; sin embargo, no tenían la libertad de hacerlo como cualquier persona, ya que algunos obstáculos burocráticos le impedían dar un paso más a su felicidad.
Su historia de lucha ha superado barreras internacionales logrando que Netflix decidiera contar su lucha a través de un documental que se puede ver en toda Latinoamérica.
“Hace unos tres años y medio, de hecho, después de una proyección del documental Bar Mario, me contactaron Luca y Silvana, quienes me pidieron que hiciera un video corto. Al principio no entendí su petición. Más tarde, cuando hablé con Claudia (Mamá de Silvana) Entendí que necesitaban un video para demostrar su autonomía en las tareas del hogar. Luego conocí mejor su historia y el video se convirtió en un verdadero documental”, cuenta Stefano Lisci, director del documental, a Piananotizie.
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Tras luchas legales y pruebas contundentes que los mostraban como una pareja capaz e independiente, Luca y Silvana se casaron en 2019 e, incluso, una prestigiosa revista italiana pidió la primicia para documentarla en fotos.
“Esta es una historia de amor con un matiz tragicómico que reflexiona sobre cómo la sociedad percibe a las personas con síndrome de Down”, señala la BBC.
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