Washington. [AFP]. Con mascarillas, distantes entre sí en un hemiciclo desinfectado regularmente, legisladores de Estados Unidos se reunieron el jueves para votar una partida adicional de medio billón de dólares para apuntalar la economía del país, azotada por la pandemia del nuevo coronavirus.
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Más de 200 miembros de la Cámara de Representantes fueron convocados a Washington tras pasar semanas fuera de la capital federal, con miras a aprobar nuevos fondos para ayudar a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y a los desbordados hospitales estadounidenses.
El Senado aprobó el martes el proyecto de ley que destina nuevos fondos por 480.000 millones de dólares, y el presidente Donald Trump dejó en claro que está listo para promulgarlo una vez que el Congreso dé la luz verde.
“Insto a la Cámara a que apruebe el proyecto de ley, y lo votarán, imagino, muy pronto”, dijo Trump el martes.
Para no abarrotar la sala, a los legisladores se les permitía ingresar solo en pequeños grupos, y debían seguir el debate por televisión si no estaban dentro, antes de una votación prevista en la tarde.
Los líderes demócratas de la Cámara baja esperaban que asistieran más de 215 de los 435 miembros, asegurando que se pueda lograr un quórum para aprobar la ley.
Al momento de votar, los legisladores solo podrán ingresar a la cámara de a pocos, descartando las usuales conversaciones en pequeños grupos.
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Primero está prevista una votación sobre un proyecto de ley para crear un comité para investigar la respuesta del gobierno al brote de la epidemia en Estados Unidos. Luego, se realizará una esterilización del hemiciclo que durará 30 minutos antes de pasar a votar el proyecto de ley de estímulo.
El plan para salvar empleos, aprobado por el Senado por unanimidad después de más de una semana de negociaciones entre demócratas, republicanos y la Casa Blanca, es la última inyección masiva de efectivo del gobierno para respaldar una economía colapsada.
El nuevo tramo incluiría 320.000 millones de dólares en fondos para pequeñas empresas, más 75.000 millones de dólares para hospitales y 25.000 millones de dólares para ampliar la realización de pruebas de detección del coronavirus.
También proporcionaría 60.000 millones de dólares en préstamos y subvenciones para recuperación ante desastres.
La pandemia de la COVID-19 mató a casi 47.000 estadounidenses y dejó a unos 26 millones de personas sin trabajo.
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