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Luchar pese al miedo, el combate de un abogado chino recién liberado [VIDEO]
Después de cinco años de cárcel, el abogado Wang Quanzhang, condenado por “subversión”, acusa al régimen comunista de utilizar el coronavirus como pretexto para obstaculizar sus derechos.
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Luchará para reunirse con su familia pese al miedo a hablar. Después de cinco años de cárcel, el abogado chino Wang Quanzhang, condenado por “subversión”, acusa al régimen comunista de utilizar el coronavirus como pretexto para obstaculizar sus derechos.
Detenido en 2015 durante una redada contra unos 200 defensores de derechos humanos, el abogado de 44 años es el último en ser liberado. Salió de la cárcel a principios de abril pero todavía no ha podido reunirse con su esposa y con su hijo.
“Ahora utilizan la epidemia como pretexto para limitar mi libertad de movimiento”, explica Wang, que fue sometido a cuarentena al salir de la cárcel.
Pese a que los 14 días de cuarentena han concluido, las autoridades siguen sin autorizarle a salir de su ciudad natal de Jinan para regresar a su domicilio en Beijing, a 400 kilómetros al norte. Incluso, cinco test dieron negativos al coronavirus.
“Sin duda que voy a luchar. No puedo aceptarlo. Está excluido que no me reúna con mi familia”, declaró en una entrevista realizada a distancia.
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“Tengo miedo”
Envejecido y cansado, con fuerte tos durante la entrevista, el abogado no quiere hablar de sus condiciones de detención ni sobre las acusaciones de tortura que han proferido algunos de sus apoyos en el extranjero.
“Mi libertad de expresión tiene límites”, resume. “Mucha gente me lo pregunta pero no quiero responder. Tengo miedo porque me han reprochado filtraciones en el pasado”.
El abogado, que dice padecer hipertensión, explica que le cuesta recuperarse del tiempo que pasó entre rejas.
“Tengo dificultades para respirar después de un corto paseo. Pensé que mi cuerpo se recuperaría rápidamente de la cárcel pero ahora me estoy dando cuenta de que no es así. No tengo mucha energía”, confiesa.
Wang Quanzhang, quien había defendido a militantes políticos y agricultores a los que les habían arrebatado sus tierras, fue condenado a principios de 2019 a cuatro años y medio de cárcel por subversión, al término de un proceso a puertas cerradas.
Apoyo del extranjero
Durante su detención, su esposa, Li Wenzu, hizo todo lo posible para llamar la atención internacional sobre la suerte de su esposo, llegando incluso a raparse el cabello. En 2018, fue recibida por Angela Merkel durante una visita de la canciller alemana a Beijing.
Wang Quanzhang dice que está “muy agradecido” y “sumamente emocionado” por el apoyo que ha recibido en el extranjero.
“Esto le dio a mi esposa y a mi familia mucho consuelo y estímulos durante estos años largos y difíciles”, asegura.
“Este apoyo probablemente me ha permitido estar en más seguridad y mejor salud”, supone.
Wang pudo recibir el lunes su primera visita, la de su abogado Xie Yang y, al día siguiente, la de su hermana. Y ha podido recuperar su teléfono móvil.
El departamento de Estado estadounidense pidió el lunes a China que devuelva al abogado su “libertad de movimiento” para que pueda, entre otras cosas, reencontrarse con su esposa y con su hijo.
Beijing respondió rechazando lo que considera una injerencia en sus asuntos internos.
Su esposa no quiere arriesgarse a visitar Jinan ya que teme que pueda ser sometida a arresto domiciliario con su marido.
Según ella, las autoridades bloquean el retorno de Wang Quanzhang porque temen que los “malos tratos infligidos durante su detención salgan a la luz”.
La policía local no estaba disponible para comentar estas informaciones.
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