Este lunes, el altiplano boliviano se vio convulsionado por un masivo bloqueo de carreteras llevado a cabo por los indígenas conocidos como ‘Ponchos Rojos' Los manifestantes han cerrado las principales rutas que conectan La Paz, sede del Ejecutivo y Legislativo de Bolivia, con el interior del país y con la carretera internacional hacia Perú, en una protesta que busca la renuncia del presidente Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca.
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Los bloqueos incluyen la colocación de piedras, escombros y fogatas en las carreteras, lo que ha generado interrupciones significativas en el tráfico y la movilidad en la región. La Policía Nacional intentó negociar con los manifestantes para permitir el paso de vehículos, pero los bloqueos permanecen activos.
David Mamani, principal dirigente de los 'Poncho Rojos', ha declarado que la protesta es una huelga indefinida hasta que Arce y Choquehuanca presenten su dimisión y se convoque a nuevas elecciones. La demanda surge en medio de la crisis económica que ha afectado a Bolivia, particularmente la escasez de dólares y combustible, además de acusaciones de que el gobierno está promoviendo la división dentro de las organizaciones sociales.
En respuesta a las protestas, el presidente Luis Arce acusó al expresidente Evo Morales de intentar acortar su mandato y de orquestar el bloqueo de carreteras como un intento de golpe de Estado para imponer su candidatura presidencial. Morales, quien lidera sectores leales del Movimiento al Socialismo (MAS), ha anunciado una marcha desde Caracollo para reclamar por la situación económica y defender al partido de un intento de "proscripción".
Morales ha negado las acusaciones de que su intención sea favorecer su candidatura, y ha afirmado que las protestas son una manifestación del descontento popular con un gobierno que, según él, ha protegido la corrupción y no ha abordado la crisis de manera efectiva.
La Defensoría del Pueblo hizo un llamado a las autoridades nacionales y locales, así como a los sectores en protesta, para que mantengan la calma y eviten acciones que puedan escalar en violencia y aumentar la conflictividad en el país.
La disputa entre Arce y Morales, que se ha profundizado desde fines de 2021 debido a diferencias en la administración del Estado y la dirección del MAS, sigue siendo una fuente de tensión interna dentro del oficialismo. La controversia sobre la posibilidad de una nueva candidatura de Morales también añade un complejo componente a la crisis política actual.
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