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Chlöe Swarbrick, la política que desafía a la generación Boomer en Nueva Zelanda
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A Chlöe Charlotte Swarbrick, la política millenial de 26 años más joven en Nueva Zelanda, le gusta vestir casual o sport, fumar cannabis de forma recreativa y pasar tiempo con su familia. ¿Quién es esta mujer tan joven que marca el cambio en un parlamento donde la edad promedio es de 49 años?
“Ok, boomer”, dijo Chlöe, mientras se dirigía a un político mayor que ella en una audiencia del parlamento a inicios de noviembre. La política se encontraba dando un discurso sobre un proyecto de ley con el que se busca reducir las emisiones de carbono en el país.
La frase hace referencia a un meme bastante risible sobre la generación Baby Boomer, nacida entre los 15 y 20 años que sucedieron a la Segunda Guerra Mundial. Con esas dos palabras, los jóvenes millennials se burlan en las redes sociales de las opiniones emitidas por quienes consideren retrogradas o de la vieja escuela.
La joven parlamentaria intenta romper barreras al impulsar una reforma sobre las drogas, luchar por el reconocimiento de la emergencia climática y declarase abiertamente como bisexual.
Chlöe, quien tiene una perspectiva demócrata, trabajó como periodista en el canal TV BFM, y posterior a ello postuló en el 2016 a la alcaldía de Auckland. Pero fueron cuatro años después cuando su carrera política subió un peldaño, al convertirse en la candidata electa del Partido Verde de Nueva Zelanda.
Al escucharla decir expresiones como “yo pienso que la política está jodida” y luego cambiar de tema y reírse, no es difícil descifrar su buen ánimo frente a los cambios estructurales que quisiera lograr en el sistema de su país, como legalizar la marihuana recreativa y reforzar las políticas sobre salud mental. Muchas de sus opiniones las transmite a sus seguidores por Instagram y Tik Tok.
EL NACIMIENTO DE UN ESPÍRITU POLÍTICO MILLENIAL
Chlöe fue adoptada de niña y sus padres se lo revelaron cuando tenía 13 años, momento que desembocó en una grave crisis de identidad para ella, según comentó en un episodio de la serie documental “OK Chlöe”, publicado por The New Yorker.
Según comentó ella, ese momento de su infancia conllevó a una depresión que la persigue a modo de trauma, pero en menor magnitud, en su vida adulta.
“Mi padre es mi héroe”, dice al medio extranjero. “Recuerdo haber crecido debatiendo política y filosofía con él, sin necesariamente saber que significaba la palabra debatir”, cuenta en el episodio.
Tras la separación de sus padres, ella pasó una temporada viviendo en Reino Unido con su madre y en Papúa Nueva Guinea con su padre hasta que ingresó a la Universidad de Auckland a los 17 años para estudiar derecho y filosofía. “La pregunta que siempre hacía era ‘¿cuál es el propósito de la vida?’”, recuerda Paul Swarbrick, su padre, en relación con los momentos que pasaba con su hija cuando era pequeña.
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