La familia de una mujer china obligada a abortar, por no cumplir con la ley del hijo único, aceptó recibir una indemnización del Gobierno chino, que con ello pretende poner fin a la controversia desatada por el caso.
El esposo de Jianmei Feng, Deng Jiyuan, dijo hoy a la agencia AP que la familia aceptó el acuerdo de indemnización de 70,600 yuanes (US$11,200) porque deseaban volver a tener una vida normal.
Las autoridades de Shaanxi golpearon a Feng y la obligaron a abortar a su segundo bebé cuando tenía siete meses de embarazo, porque no tenía 40,000 yuanes (US$6,300) para pagar la multa que se impone a quienes desean tener un segundo hijo.
Las autoridades locales imponen abortos y esterilizaciones a menudo con métodos violentos para cumplir con los límites de nacimientos dictados por Beijing, pero las fotos de Feng postrada en una cama de hospital junto a su bebé muerta desataron indignación cuando fueron publicadas en Internet.
Jianmei Feng denunció que fue detenida por tres días en el hospital y obligada a firmar un documento para autorizar el aborto. Se informó que su pequeña murió por las inyecciones de sustancias químicas que recibió la madre.