Autoridades municipales ordenaron esta semana el cierre de la Escuela de Cultura Tradicional de la ciudad de Fushun, en Liaoning, en el noreste de China. ¿El motivo? En sus cursos se enseñaba a las mujeres a ser "obedientes", a hablar menos, y a no protestar cuando fueran golpeadas por sus maridos.
Un vídeo difundido por Internet revela el contenido de algunas de las clases de este curso. Los profesores aleccionan a las alumnas repitiéndoles que “el hombre es el cielo y la mujer es el suelo" o que "la mujer está en la posición más baja”.
Entre las asignaturas del curso figuraban materias como cocina, costura o limpieza de la casa, pero también normas de comportamiento o literatura tradicional, según consignó el diario El País.
Luego de que el vídeo suscitó más de 5,000 comentarios de protesta en Internet, el departamento de Educación de Fushun ordenó la cancelación de las clases, con el argumento de que infringían la moral social y y la igualdad de género.
Según el periódico estatal Global Times, estos cursos han proliferado en los últimos años a lo largo de China, a pesar de que la Constitución de este país establece la igualdad entre hombres y mujeres.
Sin embargo, en el informe sobre igualdad de género del Foro Económico Mundial de este año China figura en el número 100, por debajo de países como Tayikistán o Azerbaiyán.
En China, según la tradición siempre es preferible tener a hijos varones para que perpetúen el linaje familiar; el salario medio de una mujer es aún un 35% menos que el de un hombre; en el segundo nivel de mando del Comité Permanente del Partido Comunista, el Politburó, solo hay una mujer en sus 25 asientos.
No es raro, entonces que, según las cifras oficiales, se calcula que aproximadamente un 22% de las mujeres casadas chinas sufren violencia en su hogar y que un 13,3% denunció haber sido personalmente víctima de abusos domésticos en los últimos 12 meses; un 56,4% reconoció haber sido testigo de malos tratos contra alguien que conocían, y el 80% de las mujeres trabajadoras ha sufrido acoso al menos una vez en su vida, según un estudio de Asia Foundation presentado la semana pasada en Pekín.