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Byung-Chul Han: “El coronavirus no vencerá al capitalismo"

El filósofo surcoreano analiza las posibles consecuencias que puede traer coronavirus una vez que la pandemia sea superada.

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Han es autor de La sociedad del cansancio, La agonía del Eros, entre otras ensayos (Foto: S. Fischer Verlag)
Fecha Actualización
Hace dos años, el filósofo Byung-Chul Han se hizo viral en redes sociales. Lo viral y un filósofo, en principio, no parecen compatibles. Pero la nota de El País de España sobre una conferencia del surcoreana en Barcelona logró atraer gran atención. El titular tenía como gancho la siguiente cita textual: “Ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”. Ahora, el plena pandemia por el coronavirus, su opinión ha vuelto a ser convocada.
El medio español ha publicado recientemente un ensayo de este docente de Universidad de las Artes de Berlín en que plantea el fracaso de Europa para frenar al COVID-19, a diferencia de la estrategia digital que se ha desplegado en Asia. Sin embargo, advierte que esta utilización de la Big Data puede acelerar el desarrollo de un modelo global de estados policiales y se muestra escéptico con el entusiasmo que ha despertado la posibilidad de una revolución a partir de esta pandemia.
El País, respondiendo a la expectativa que generan los ensayos de este filósofo, usa un título con el que busca apuntarse otro hit con el autor: “La emergencia viral y el mundo de mañana. Byung-Chul Han, el filósofo surcoreano que piensa desde Berlín”. Este es un resumen de algunas de sus ideas sobre el nuevo coronavirus y sus posibles consecuencias en el futuro cercano:
Los cierres de fronteras de Europa: “Son evidentemente una expresión desesperada de soberanía. (...) Pero eso es una huera exhibición de soberanía que no sirve de nada. Serviría de mucha más ayuda cooperar intensamente dentro de la Eurozona que cerrar fronteras a lo loco. Entre tanto también Europa ha decretado la prohibición de entrada a extranjeros: un acto totalmente absurdo en vista del hecho de que Europa es precisamente adonde nadie quiere venir”.
Big Data y colectivismo: “Para enfrentarse (al coronavirus) los asiáticos apuestan fuertemente por la vigilancia digital. Sospechan que en el big data podría encerrarse un potencial enorme para defenderse de la pandemia. (...) Ni en China ni en otros Estados asiáticos como Corea del Sur, Hong Kong, Singapur, Taiwán o Japón existe una conciencia crítica ante la vigilancia digital o el big data. La digitalización directamente los embriaga. Eso obedece también a un motivo cultural. En Asia impera el colectivismo. No hay un individualismo acentuado. No es lo mismo el individualismo que el egoísmo, que por supuesto también está muy propagado en Asia”.
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Nuevo modelo de soberanía: “En China hay 200 millones de cámaras de vigilancia, muchas de ellas provistas de una técnica muy eficiente de reconocimiento facial. Captan incluso los lunares en el rostro. No es posible escapar de la cámara de vigilancia. Estas cámaras dotadas de inteligencia artificial pueden observar y evaluar a todo ciudadano en los espacios públicos, en las tiendas, en las calles, en las estaciones y en los aeropuertos. También por cuanto respecta a la pandemia, el futuro está en la digitalización. A la vista de la epidemia del coronavirus quizá deberíamos redefinir incluso la soberanía. Es soberano quien dispone de datos. Cuando Europa proclama el estado de alarma o cierra fronteras sigue aferrada a viejos modelos de soberanía”.
El dataismo: “No solo en China, sino también en otros países asiáticos la vigilancia digital se emplea a fondo para contener la epidemia. En Taiwán el Estado envía simultáneamente a todos los ciudadanos un SMS para localizar a las personas que han tenido contacto con infectados (de coronavirus) o para informar acerca de los lugares y edificios donde ha habido personas contagiadas. Ya en una fase muy temprana, Taiwán empleó una conexión de diversos datos para localizar a posibles infectados en función de los viajes que hubieran hecho”.
Mascarillas: “En los países europeos casi nadie lleva mascarilla. Hay algunos que las llevan, pero son asiáticos. Mis paisanos residentes en Europa se quejan de que los miran con extrañeza cuando las llevan. Tras esto hay una diferencia cultural. En Europa impera un individualismo que trae aparejada la costumbre de llevar la cara descubierta. Los únicos que van enmascarados son los criminales. Pero ahora, viendo imágenes de Corea, me he acostumbrado tanto a ver personas enmascaradas que la faz descubierta de mis conciudadanos europeos me resulta casi obscena. También a mí me gustaría llevar mascarilla protectora, pero aquí ya no se encuentran”.
Positividad del mundo global: “La globalización suprime todos estos umbrales inmunitarios para dar vía libre al capital. Incluso la promiscuidad y la permisividad generalizadas, que hoy se propagan por todos los ámbitos vitales, eliminan la negatividad del desconocido o del enemigo. Los peligros no acechan hoy desde la negatividad del enemigo, sino desde el exceso de positividad, que se expresa como exceso de rendimiento, exceso de producción y exceso de comunicación. La negatividad del enemigo no tiene cabida en nuestra sociedad ilimitadamente permisiva”.
Sistemas post-coronavirus: "China podrá vender ahora su Estado policial digital como un modelo de éxito contra la pandemia. China exhibirá la superioridad de su sistema aún con más orgullo. Y tras la pandemia del coronavirus, el capitalismo continuará aún con más pujanza. Y los turistas seguirán pisoteando el planeta. (...) Como ya ha dicho Naomi Klein, la conmoción es un momento propicio que permite establecer un nuevo sistema de gobierno.
La revolución es un sueño: “El coronavirus no vencerá al capitalismo. La revolución viral no llegará a producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución. El virus nos aísla e individualiza. No genera ningún sentimiento colectivo fuerte. De algún modo, cada uno se preocupa solo de su propia supervivencia. La solidaridad consistente en guardar distancias mutuas no es una solidaridad que permita soñar con una sociedad distinta, más pacífica, más justa. No podemos dejar la revolución en manos del virus. Confiemos en que tras el virus venga una revolución humana”.
¿Qué es el coronavirus?
Según información oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves. La COVID-19 es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Los síntomas más comunes de la COVID-19 son fiebre, cansancio y tos seca. Algunos pacientes pueden presentar dolores, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta o diarrea. Estos síntomas suelen ser leves y aparecen de forma gradual. La mayoría de las personas (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial. Sin embargo, en todos los casos de pacientes infectados, es necesario el aislamiento total para no propagar el virus.
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