Río de Janeiro , la ciudad más poblada de Brasil después de Sao Paulo y sede del Legislativo de dicho país, fue escenario de un brutal enfrentamiento entre la policía y los cerca de 300 manifestantes, en su mayoría servidores públicos, quienes se manifestaron en contra de los recortes de presupuesto anunciados por el gobierno de Michel Temer.
La turba intentó tomar la sede del Legislativo, pero fueron repelidos por la policía, según reportó la agencia AFP. Varias calles aledañas fueron bloqueadas y el tráfico desviado.
Un grupo dentro de los manifestantes lanzaba proyectiles contra la policía y la sede del Legislativo, mientras los agentes a su vez replicaban con bombas de goma y gran cantidad de gas lacrimógeno, constató una periodista de la mencionada agencia.
Según el diario Folha de Sao Paulo, los enfrentamientos dejaron al menos a dos personas heridas por balas de goma lanzadas por la policía.
A inicios de noviembre el gobernador del estado de Río de Janeiro, Luis Fernando Pezao, lanzó un paquete de recortes y alzas de impuestos que ha sido fuertemente rechazado en las calles, con el que busca reorganizar las cuentas del endeudado estado, cuya capital acogió hace pocos meses los Juegos Olímpicos.
Varias medidas fueron aprobadas por decreto, pero otras necesitan pasar por la legislatura del estado.
De acuerdo a las autoridades del estado, se prevé para este año un déficit de 17, 500 millones de reales (5.400 millones de dólares) en las cuentas públicas. Y si las medidas no son aprobadas, el déficit se profundizará a 52.000 millones de reales a fines de 2018.
Inicialmente el paquete significaría un ahorro de unos 8,300 millones de dólares, pero esa estimación ya se ha reducido a la mitad con el cambio o retiro de algunas de las medidas.
Entre las propuestas figuran: