Un día después de que Estados Unidos abatiera a Ayman Al-Zawahiri, jefe del Al-Qaeda, se han conocido más detalles de la operación que terminó con la ejecución de uno de los terroristas más buscado a nivel mundial.
El ataque involucró un dron estadounidense equipado con dos misiles Hellfire, lanzados en horas de la mañana del último domingo (hora de Kabul), según funcionarios de Estados Unidos: “Zawahiri fue “asesinado en el balcón”, manifestaron.
Sin embargo, estos misiles no son los convencionales, que podría destruir una casa con sus explosivos, pues el lugar en donde se efectuó el ataque no tiene rastros de alguna explosión.
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La cabeza de Al-Qaeda fue ejecutada cuando estaba en el balcón de una casa en un distrito de Kabul, siendo la única víctima del ataque. La tecnología puesta en el R9X Hellfire es precisamente especial para evitar daños colaterales.
Se trata de un arma secreta que lleva 45 kg de metal reforzado en su punta, con seis cuchillas extensibles diseñadas para destruir el objetivo en el momento del impacto, sin provocar una explosión que podría resultar mortal para cualquiera que se encuentre cerca.
Estas cuchillas pueden cortar fácilmente latas de aluminio con cortes perfectos y mantenerse afilados. Estos misiles, hasta el momento, no han sido reconocidos por la CIA o el Pentágono.
Según una investigación del Wall Street Journal, el arma fue desarrollada bajo la administración de Obama porque los terroristas se estaban adaptando a los ataques aéreos estadounidenses, escondiéndose entre grupos de mujeres y niños para ponerse fuera de su alcance.
Este misil carece de ojiva, por lo cual no explota, sin embargo, al impactar con el objetivo, despliega sus cuchillas afiladas de su cuerpo, destruyendo así al objetivo fijado. La hoja tiene un despliegue máximo que varía según quién esté cerca del objetivo. Por lo tanto, también permitiría matar a un pasajero sin golpear al conductor dentro de un vehículo o viceversa.