La fiebre de llegó este viernes a la Casa Blanca. Al final de la conferencia presidencial de fin de año, el mandatario terminó su discurso de una forma inusual, pues aseguró que debía ir a ver la esperada saga.

"Gracias a todos, tengo que ir a ver Star Wars", dijo Barack Obama con una amplia sonrisa en su rostro. En la Casa Blanca se hizo una proyección privada de la séptima película para el disfrute de la familia Obama y las familias Gold Star, una organización de personas que perdieron a sus parientes en el combate militar.

Minutos después de la salida del presidente Barack Obama, entró a la sala de conferencia el secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, acompañado de dos soldados imperiales y de R2D2.

Star Wars: The Force Awakens, la séptima entrega de esta saga después de diez años, batió récords en su estreno el jueves en Estados Unidos y Canadá con US$57 millones de recaudación, indicaron los expertos de la industria cinematográfica.

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