Las fuerzas sirias atacaron el lunes un distrito de Hama y abrieron fuego contra residentes, y provocaron la muerte de al menos 60 personas, dijeron activistas, lo que puso fin a una semana de relativa calma en la ciudad del centro del país.
El hecho se produce un día después de que observadores de la ONU realizaran una visita a la ciudad para sentar las bases de una misión más amplia que busca supervisar un débil alto el fuego de 11 días.
El acuerdo redujo parte de la violencia, pero los últimos asesinatos en el distrito Arbaeen de Hama han dejado al descubierto la dificultad de poner fin completamente a 13 meses de combates, en los que han muerto más de 9 mil personas.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una ampliación de la misión de vigilancia a 300 observadores, aunque los opositores a Assad dicen que esa cifra es demasiada pequeña para controlar los acontecimientos en una nación de 23 millones de habitantes.