Redacción PERÚ21

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Un pequeño accidente que debía corregirse en un par de días, acabó en un desastre que persiste por décadas. En el desierto de Karakum, a unos cientos de kilómetros de Adjaba, capital de Turkmenistán, se encuentra un cráter de setenta metros de diámetro por veinte de profundidad que arde desde hace más de cuarenta años.

Al tratarse de un fenómeno inusual y un gran atractivo para todo turista, el cráter fue bautizado como 'La puerta al infierno' localizado cerca a una aldea conocida como Darvaza.

Historia

En 1971, un grupo de geólogos soviéticos que perforaba la tierra en busca de petróleo terminó por encontrar una inmensa burbuja de gas natural que compartía el mismo espacio subterráneo con este mineral.

El gas terminó brotando  y el espacio que ocupaba dentro de la tierra desapareció, convirtiéndose en un inmenso pozo que devoró el campamento soviético.

Al darse cuenta de que los gases tóxicos hicieron inhabitable los alrededores de Darvaza, los ingenieros le prendieron fuego y lo quemaron.

Ellos dedujeron que con esta acción el fuego llegaría a extinguirse cuando el yacimiento de gas hallado por error se consumiera. Pero no fue así. El cráter sigue ardiendo desde ese año y ha consumido una cantidad de gas natural.