Asesinó a su padre porque guardaba fotos de pornografía infantil de ella

Una mujer fue condenada luego de confesar que asesinó y enterró a su padre en un jardín, cansada de 40 años de abusos.

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La acusada fue condenada a nueve años de prisión por este crimen. (Foto: Peter Byrne / PA)

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El crimen ocurrió en 2006. (Foto: Peter Byrne / PA)

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Tras el crimen, la mujer envolvió el cuerpo en una alfombra vieja y lo enterró al día siguiente. (Foto: Peter Byrne / PA)

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Barbara Coombes asesinó a su padre, Kenneth Coombes, un veterano de la Segunda Guerra Mundial. (Foto: Greater Manchester Police)

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Barbara Coombes, de 63 años, confesó el asesinato de su propio padre. (Foto: Greater Manchester Police)

Redacción PERÚ21

Fecha Actualización

24/08/2019 - 11:07

Una mujer fue condenada a nueve años de prisión después de confesar el asesinato de su padre y haber enterrado su cuerpo en su jardín trasero en Manchester, Reino Unido, después de sufrir una "vida de abusos".

Según The Guardian, Barbara Coombes, de 63 años, entró en una estación de policía en Stockport el 7 de enero de este año y dijo a los agentes que había matado a su padre hace 12 años. La víctima tenía 87 años en el momento de su muerte.

Los detectives comenzaron una investigación y comenzaron a buscar en su jardín en Reddish, Stockport. Dos días después de confesar, la policía encontró el cuerpo de su padre, Kenneth Coombes, un veterano de la Segunda Guerra Mundial.

La mujer contó que su padre había abusado sexualmente de ella durante más de 40 años, desde que tenía 5 años, y la había usado como una "esclava sexual". "Me violó cientos de veces a lo largo de su vida", le contó a los psiquiatras.

Coombes le dijo a la policía que en enero de 2006 descubrió fotografías de pornografía infantil y de otros menores en la casa de su progenitor. Entre las imágenes, habían algunas explícitas que eran de ella y que eran 'recuerdos' del abuso sexual al que, supuestamente, fue sometida por su padre.

Para entonces, temió que no fuera la única víctima de su progenitor y decidió asesinarlo a golpes con una pala.

Incluso el hombre pudo haber sido el padre de su primer hijo, David, quien murió poco después de su nacimiento, según afirmó su abogado, Martin Heslop QC.

Tras el crimen, la mujer envolvió el cuerpo en una alfombra vieja y lo ocultó a su hija, Islay, que tenía entonces 18 años, y lo enterró al día siguiente.

Ante un tribunal de Manchester, Coombes se declaró no culpable de asesinar a su padre, pero fue hallada responsable de homicidio involuntario y sentenciada a nueve años de prisión.

En el transcurso de todos estos años, Coombes sacó provecho de su difunto padre. Según la policía, ella recibió, de forma fraudulenta, más de 236.000 dólares en beneficios.

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