El gobierno de Argentina tendrá que pagar 26% más por el gas que importa, como una forma de reemplazar de urgencia el abastecimiento que se habían adjudicado a Repsol, pero que cancelaron tras la promulgación de la ley que expropia a la firma española YPF.
Según informa el diario Clarín, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner tuvo que salir de apuros y tapar los huecos en su abastecimiento para el invierno, por lo que se vio obligado a contratar nuevas importaciones de gas por barco.
Por las nuevas seis cargas de gas natural licuado (GNL), el Estado desembolsará US$306 millones, US$80 millones más que por los 10 cargamentos que tenía pactados con Repsol y a los que tuvo que dar de baja tras la expropiación.
La compra contra el reloj se realizó con distintos proveedores de Italia, Brasil e incluso con la inglesa British Petroleum, lo que demuestra que las tensiones diplomáticas por las Malvinas se llevan por separado que los negocios bilaterales, aunque de forma poco eficaz y responsable.