La muerte de una pequeña de dos meses de nacida causó conmoción en el estado de Minnesota, en Estados Unidos, que dejó como responsable, luego de varias investigaciones, al propio padre de la menor: Kristopher Henderson, de 41 años.
El caso ocurrió en setiembre de 2021, pero todo se resolvió en los últimos días. Lo insólito es que Henderson sostenía, en sus declaraciones en medio de las pesquisas, que el responsable de la muerte de la niña era su gato de 9 kilos de peso.
Esto mucho antes de que se declarara culpable del asesinato no intencional en segundo grado, pues le generó a la niña heridas de las que no pudo recuperarse mientras su madre estaba trabajando.
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El hombre había asegurado que el gato, la mascota familiar, había sido el causante de las heridas mortales de la niña. La madre, al llegar de su trabajo, encontró a la pequeña en malas condiciones y la llevó a emergencias.
La niña tuvo un desalentador diagnóstico, con lesiones en varias partes de su cuerpo, que incluían costillas rotas y hemorragias en el cerebro de gravedad, tanto que su esperanza de sobrevivir reposaban en un aparato de asistencia vital.
El estado de salud de la bebé no mejoró y se contempló la idea de desconectarla, algo que se procedió a hacer el 3 de noviembre del mismo 2021.
Daily Star recogió que el papá confesó haberla tomado “boca abajo en sus brazos” y la tomó “con más fuerza de lo habitual durante lo que calculó que fueron cinco minutos mientras intentaba calmarla”.
Según Law and Crime, Kristopher Henderson admitió a los investigadores que su actitud pudo ser “un poco ruda” al momento de cambiar el pañal. En la denuncia quedó expresada una respuesta afirmativa del estadounidense cuando fue interrogado sobre si la fuerza fue ‘suficiente’ para fracturarle a la niña las costillas.