En la costa de Kenia, el pastor Paul Mackenzie Nthenge convenció a sus feligreses a que, si morían de hambre, se irían como “héroes” y conocerían a Dios. Así fallecieron cuatro creyentes y otros once acabaron siendo hospitalizados en cuidados intensivos para intentar salvar sus vidas.
Gracias a una denuncia anónima, un ciudadano de Nairobi alertó a la Policía Nacional para que intervinieran el culto religioso dentro de un bosque que convencía a “ciudadanos ignorantes a que murieran de hambre con el pretexto de encontrarse con Jesús después de haber sufrido un lavado de cerebro” por el pastor.
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Ante este llamado, “mi equipo y yo nos dirigimos a Shakahola cuando nos informaron de que algunas personas estaban ayunando hasta morir. Rescatamos a 15, pero cuatro sucumbieron de camino a Malindi. Tres están en estado crítico”, señaló el jefe de investigaciones criminales, Charles Kamau.
Además, el jefe del operativo explicó que los creyentes radicalizados fueron convencidos por Paul Mackenzie Nthengede de que “su misión en la tierra había llegado a su fin”. Asimismo, Charles Kamau detalló que “el pastor fue detenido después de que se entregara a los oficiales porque sabía que lo buscaban”.
Anteriormente, dicho pastor enterró los cuerpos de los infantes en una tumba, ubicada en un lugar llamado Shakahola en Kilfi. Los padres fueron identificados como Isaac Ngala y Emily Kaunga que también figuraban como sospechosos.