Cuatro venezolanos murieron luego de haber recibido impactos de bala durante las manifestaciones registradas en el Distrito Capital y en el estado Aragua, en Venezuela.
El adolescente Yoifre Hernández, de 14 años de edad, falleció hoy jueves tras recibir un impacto de bala. Su padre responsabiliza al régimen de Maduro del asesinato de su hijo.
También, la noche de ayer miércoles falleció Jurubith Rausseo, joven de 27 años de edad, quien resultó herida por un impacto de bala en la cabeza durante las manifestaciones registradas en Altamira. Rausseo murió en el quirófano de la Clínica El Ávila cuando era intervenida.
Yosner Graterol, de 16 años de edad, murió al recibir una bala en el brazo y hemitórax izquierdo el pasado 30 de abril durante las protestas en La Victoria, estado Aragua.
Ese mismo día, Samuel Méndez, de 25 años de edad, fue asesinado luego que le propinaran un disparo en el tórax. Méndez era sobrino del diputado a la Asamblea Nacional, Ismael García, quien acusó al gobernador Marcos Torres y a la alcaldesa del municipio José Félix Ribas, Sumiré Ferrara, de ser los autores intelectuales de la muerte del joven.
Ante estos lamentables hechos, el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, se comprometió a hacer que la muerte de los jóvenes “le pese a quienes decidieron disparar contra un pueblo que decidió ser libre”.
“Esto tiene que parar y los asesinos tendrán que hacerse cargo de sus crímenes. Pondré mi vida en que así sea”, añadió.
Ante este panorama, en donde los menores son los más vulnerables en medio de las manifestaciones y revueltas, la directora de Unicef, Henrietta Fore, llamó a adoptar "medidas inmediatas para proteger a los niños de la violencia" en Venezuela. Esto luego que se conociera que varios de ellos resultaron heridos en las manifestaciones registradas contra el gobierno de Nicolás Maduro.