Puedo decir que la mitad de mis amigos los hice en una cancha de fútbol. Díganme ¿acaso hay un abrazo más sincero que ir a celebrar un gol? Hoy ellos también están nerviosos como yo. De hecho hemos hablado solo de fútbol durante toda la semana. Y con mi viejo también. Pa', es tal cual como me lo contabas de España 82. Y mira tú, todo esto no se lo debemos a ningún político ni a nadie, solo a un grupo de jóvenes que nacieron en barrios desconocidos y que hoy tendrán su revancha. Porque en Collique, Callao, Barrios Altos, Chorrillos, Villa El Salvador, Trujillo, Tarapoto nacieron y aprendieron a jugar los que nos darán la alegría más importante en 35 años. Porque esos que hoy estarán en el Nacional ya son ganadores. Le han ganado al hambre, a los vicios, a la indiferencia, a no tener ni un sol en el bolsillo y aún así seguir apostando. Vencieron a las lesiones y a las críticas por un mal partido. Se salvaron de un disparo, de morir quemados en un trabajo o de ser atropellados. Escogieron el balón a un revólver, a darles alegrías a sus padres en vez de tristezas. Lo hicieron bien.