Expertos coinciden en que, si bien se trata de una obra importante, esta no va a ser suficiente para descongestionar la capital. (Foto: GEC)
Expertos coinciden en que, si bien se trata de una obra importante, esta no va a ser suficiente para descongestionar la capital. (Foto: GEC)

Para conocer los antecedentes del tenemos que remontarnos hasta el año 1997, es decir, hace 26 años. En aquella oportunidad, el (MTC) declaró de interés social y de necesidad pública la ejecución de los estudios definitivos para la ejecución de esta obra, que en ese entonces se llamaba Proyecto Especial Periférico Vial Norte.

Se trata de una iniciativa verdaderamente ambiciosa, de gran impacto, que permitiría unir, con una pista de seis carriles —tres carriles por sentido—, el Callao con las carreteras Panamericana Norte, Central y Panamericana Sur. Cruzará 11 distritos y beneficiará a unos cuatro millones de personas.

Su construcción tomaría unos nueve años y medio, y demandaría una inversión de US$2,380 millones (ver recuadro). Se desarrollará bajo la modalidad de asociación público-privada (APP).

Se tiene previsto adjudicar esta propuesta en el cuarto trimestre del presente año. Actualmente, el proyecto se encuentra en estructuración, la que está a cargo de; es decir, se están profundizando los estudios realizados en la etapa de formulación, se vienen asignando los riesgos que asumirán el Estado y el privado, y se está elaborando la versión inicial del contrato de concesión.

El Anillo Vial Periférico generará un impacto equivalente al 2.5% del PBI de Lima y una reducción del 13% de la brecha de infraestructura del transporte en Perú.

Los camiones que vienen de la zona centro y sur del país podrán llegar de manera más rápida al puerto y al aeropuerto del Callao, señaló el MTC. Además, conectará 2,000 colegios y 60 centros de salud en su recorrido.

Perú21 consultó con expertos y representantes de gremios de transportistas sobre el tema. Ellos coinciden en que, si bien se trata de una obra importante, esta no va a ser suficiente para descongestionar la capital. Acotan, asimismo, que hace falta mejorar la gestión del tránsito y del transporte. Pero lo más importante es quizá que se tiene que luchar contra la informalidad, que ahora tiene rostro de taxi colectivo.

AMPLIAR LA FRONTERA VIAL

Para Javier Marchese, presidente de la Unión Nacional de Transportistas Dueños de Camiones del Perú (UNT Perú), el Anillo Vial Periférico es un pequeño aporte a la movilidad urbana, pero no es suficiente. “Necesitamos una nueva frontera vial, que permita interconectar los 150 km de ancho que ya tiene la ciudad de Lima”, dijo.

Aseguró que la capital “tiene una pésima infraestructura vial” y que ha crecido “de tal forma que no ha habido una planificación urbana”. Señaló que, por este motivo, “las fronteras viales son insuficientes y no cumplen con la función que deberían cumplir para otorgar un servicio de movilidad eficiente”.

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Martín Ojeda, director del Consejo Nacional de Transporte Terrestre (CNTT), que agrupa a empresarios formales de transporte de carga e interprovincial, lamentó que los ministros de turno se preocupen más por la infraestructura que por la gestión del tránsito y del transporte. Sostuvo que de poco sirve contar con una vía hermosa si esta permanece invadida por el transporte informal; es decir, por los taxis colectivos. Afirmó que, hasta el momento, los empresarios del sector transporte no han sido informados sobre el proyecto.

Finalmente, Luis Quispe Candia, presidente de la ONG Luz Ámbar, reconoce que será una obra de gran impacto, pues permitirá descongestionar Lima Este, y que ha sido esperado por mucho tiempo. “Una de las cosas que faltan en nuestra ciudad es infraestructura. La que tenemos ya resulta insuficiente. Por ejemplo, la Vía de Evitamiento ha quedado reducida a una avenida, porque para congestionada. Este proyecto debe concretarse”, declaró.

Refirió que una de las cosas que se deben priorizar es que todo el proceso de concesión no sea contaminado por la corrupción. Lo único que va a sacarnos de la crisis es la inversión, sostuvo.

Datos

A partir de la firma del contrato, se establecerá un cronograma para la construcción del proyecto por un plazo de nueve años y medio.

Entre 2023 y 2024 se ejecutaría la fase de apertura del proyecto al mercado. Esta incluye la promoción del proyecto a potenciales inversionistas nacionales e internacionales, y la apertura a concurso.

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