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COVID-19: ¿Es posible que la tercera ola ocasione más muertes que las dos anteriores?
Una nueva estimación del Ministerio de Salud, respecto al impacto que tendría en el Perú una eventual tercera ola, se conoció esta semana. Según el informe de circulación interna del Centro Nacional de Epidemiología, Control y Prevención de Enfermedades (CDC), una tercera ola del virus dejaría más muertos que la primera y segunda ola: entre 67.292 (en un escenario conservador) y 115.189 (en uno peor) nuevos fallecidos, y al menos 2,4 millones infectados.
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Una nueva estimación del Ministerio de Salud, respecto al impacto que tendría en el Perú una eventual tercera ola, se conoció esta semana. Según el informe de circulación interna del Centro Nacional de Epidemiología, Control y Prevención de Enfermedades (CDC), una tercera ola del virus dejaría más muertos que la primera y segunda ola: entre 67.292 (en un escenario conservador) y 115.189 (en uno peor) nuevos fallecidos, y al menos 2,4 millones infectados.
Según el Ministerio de Salud, en la primera ola fallecieron 89 mil personas y en la segunda 90 mil aproximadamente.
De esta manera el Minsa ha duplicado su estimación, pues solo en julio pasado, durante la gestión del expresidente Francisco Sagasti y del exministro de Salud Óscar Ugarte, la proyección de fallecidos llegaba a los 52 mil, casi la mitad de la cifra que oficializó esta semana. El sector no ha aclarado hasta ahora esta importante variación. Este medio hizo la consulta respectiva, pero no fue posible obtener una respuesta.
Quien sí se pronunció fue el exministro de Salud, Óscar Ugarte, para pedir que estos números se interpreten “muy relativamente porque son especulaciones, hipótesis de estimaciones” en determinadas circunstancias.
Para Ugarte lo más importante es la previsión sobre el momento en que podría estar surgiendo esta tercera ola. Después de eso, indica, se puede hablar recién de cuántos enfermos y muertos habría.
Ugarte asegura que todavía nos encontramos en la bajada de la segunda ola. “Estamos bien abajo, más abajo de lo que fue el punto de unión entre la primera y segunda ola, en noviembre del año pasado, (...) la tendencia es a seguir bajando”.
Por lo tanto, en su opinión “es demasiado apresurado decir que en setiembre viene la tercera ola”, como ha estimado el Minsa, pues depende de muchos factores. “Es bien aventurado afirmar eso”, insistió.
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Dependerá de la misma población
El extitular del sector salud afirma que no hay duda de que habrá una tercera ola porque el virus sigue presente, pero saber en qué momento viene y con qué fuerza, dependerá de la población. “El que haya una tercera ola depende de nuestro propio comportamiento, si ahora no usamos mascarilla, si no respetamos el distanciamiento social, si hacemos movilizaciones políticas, sociales o lo que fuere, va a venir muy pronto la tercera ola porque estamos propiciando que el virus se reproduzca”, advirtió.
Si por el contrario, tenemos todas las precauciones del caso, aseguró que la situación va a ser diferente y el inicio de esta se va a postergar. Y al comportamiento se sumará “el factor vacunados”.
“Actualmente estamos en el 25% del total de la población objetivo, si ampliamos la vacunación ese factor aparecerá como un factor limitante. De esto dependerá los casos y fallecidos que se van a presentar. Yo no aconsejaría poner por delante las cifras de probables muertos sino las condiciones que harían que haya una tercera ola o que se retrase y se postergue, sino se termina siendo demasiado alarmista”, consideró.
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¿Más muertos que en la primera ola?
Ugarte señaló también que en una tercera ola no tendría por qué haber más muertos que en la primera y segunda ola (89 mil y 90 mil, respectivamente), pues eso es “demasiado pesimista”.
“Yo creo que hay que apostar a que se reduzca ese riesgo extremando las medidas de prevención como el lavado de manos, uso de mascarilla doble, evitar las concentraciones y mas bien mantener el distanciamiento social, y el vacunar, son los factores más importantes para prevenir una probable tercera ola”, insistió.
Además, recordó que nuestra capacidad de respuesta frente a una tercera ola ha mejorado porque ahora tenemos un mayor número de camas UCI, más de 300 plantas de oxígeno (en la primera ola teníamos 8 o 9 y en la segunda ola 60 o 70), y “ahora tenemos cinco veces más, podemos responder mejor, eso es indudable”.
Al respecto el médico infectólogo Juan Villena pidió tener en cuenta que estamos hablando de suposiciones, pues consideró que el Minsa esta mencionando una situación ficticia, imaginaria, en la que un porcentaje muy alto de vacunados se infecte debido a que no se están tomando medidas de prevención y que la población está saliendo como si ya no estuviera el virus en el Perú.
Coincidió con Ugarte en que otros factores para llegar a un alto número de contagiados y fallecidos serían el incumplimiento de las medidas sanitarias como acudir a lugares con mucha aglomeración.
“En circunstancias de esa naturaleza es fácil que se produzcan infecciones, en primer lugar, y habiendo una población muy grande en riesgo de infectarse es entendible el cálculo. Es probable que también tengamos ya el virus Delta entre nosotros diseminándose un poco más rápido (...) la velocidad con la que se infectaría la población sería mucho mayor”, explicó.
En su lectura el Minsa nos dice lo que podría suceder si no nos cuidamos adecuadamente. “Por eso se pone dos escenarios: lo mínimo y lo máximo de acuerdo a cómo sea el comportamiento de la población”.
Sobre cómo se hacen estas estimaciones de fallecidos, mencionó que es base a fórmulas epidemiológicas y matemáticas, que permite hacer cálculos basados en la velocidad con la que se mueve la infección, “que llamamos la tasa de ataque del virus, y conociendo cuál es la capacidad del virus para matar”.
“Nosotros estimamos que 4 de cada 100 personas, más o menos, pueden fallecer, entonces podríamos decir -basados en la tasa de vacunación que tenemos en la coyuntura actual- que por supuesto esta muy baja aún, que se queda una parte de la población muy grande sin protección”, indicó Villena.
Agregó que si tomamos en cuenta esa población grande sin protección, que podría estar en riesgo de infectarse, puede ser una base de cálculo aproximado.
¿Para qué sirven las estimaciones?
Ernesto Gozzer, médico salubrista y profesor asociado de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, afirmó que la estimación actual del Minsa debe ser servir para que el sector planifique, programe y realice las respectivas actividades de prevención, que deben estar centradas en intensificar la comunicación de las mismas “a la población que comienza a olvidarse que estamos todavía en plena pandemia”.
Consideró que las medidas de prevención se están relajando pues por ahora ya no se escucha mucho sobre hospitalizados y fallecidos. ¿Cómo se consigue esto? Gozzer considera que el gobierno debe tener diferentes mecanismos para dirigirse a grupos distintos en las diferentes regiones.
“También se debe ampliar la capacidad de los laboratorios para que haya más pruebas moleculares disponibles y los equipos de rastreo, que realmente nunca se utilizaron en el Perú, o se utilizaron muy poco, este es el momento para prepararlo”, recomendó.
“Para mí la proyección sirve para eso”, puntualizó.
Consultado sobre cuándo podría empezar la tercera ola, Gozzer respondió que es difícil saberlo. Sí comentó que de acuerdo a nuestra experiencia anterior, entre la primera y la segunda ola pasaron cuatro meses. “Yo estimo que entre 1 y 3 o 4 meses puede aparecer la tercera ola. Como la caída se ha dado en julio, sería entre octubre y noviembre de manera preliminar”, estimó.
“Tenemos agosto para acelerar la vacunación y hacer las otras medidas que les comenté y todo setiembre probablemente, más ya no tenemos”, concluyó.
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