Hace mucho que el Día de la Madre dejó de centrarse en bombones, flores o peluches. Ahora se trata de reconocer la entrega, valentía y, por supuesto, el amor de las mujeres que decidieron compartir tiempo y sueños con sus hijas e hijos. Aquí las historias de algunas madres peruanas dignas de ser celebradas.
ISOLINA VARGAS. A sus 82 años, no suelta el cucharón. Si bien Isolina ya no está al 100% en el restaurante que la homenajea, su hijo, el talentoso chef José del Castillo, reconoce que su presencia sigue siendo vital y su buena mano, el alma del restaurante. Ahora, dedicada a hacer los postres luego de 41 años de estar involucrada en la cocina (los primeros 25 al 100%), sigue inspirando.
“Es imposible que pueda superar a estas manos maravillosas. Aprendí de ellas. (Isolina) es la mujer y la cocinera a la que más admiro, de la que aprendí y a quien, además, le rendimos homenaje en este restaurante”.
CECILIA BÁKULA. Para la historiadora e investigadora, el rol de la abuela es muy importante e intenso. “Es un rol secundario, no tan visible, pero importante. Se crean lazos de amor muy profundos”. Ella es abuela de cinco nietos hombres. En la foto apachurra orgullosamente al menor, Mateo.
CAROLINA LIZÁRRAGA es quizá la política más prometedora. Pero, sobre todo, es mamá de Constanza, Andrés, Santiago y Benjamin. Su truco: entender a cada hijo y aceptarlo.
“Cada hijo es diferente. Como las regiones del Perú, Piura es completamente diferente a Puno. Tienes que acercarte al niño y el niño tiene que acercarse a ti de acuerdo a cómo es cada uno”.
LUZ GUERRERO. Presidenta de 43 ollas comunes entre Ancón, Pachacútec y Santa Rosa, ella tiene un mensaje de optimismo que florece en el arenal. “Sigan adelante. Los seres humanos estamos para darnos la mano”.
ROSANGELLA BARBARÁN, padre y madre de Alishandel, de 6 años, además de activa congresista de la República, cuenta que su secreto es tener un orden y un diligente equilibrio.
“Busco que exista un equilibrio entre mi rol como profesional, como congresista, pero también hacer un buen trabajo en mi hogar con mi hija. ¿Se puede? Por supuesto que sí”.
MIKELLA CALLEGARI. Hija de Fiorella Rodríguez, aconseja: “Sean amigas de su mamá. Sé que a veces da un poco de temor hablarles de algunos temas, pero rompan con ese miedo. No hay mejor consejo que el de ellas”.