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La automedicación, la otra pandemia
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En tiempos normales o de pandemia, un enemigo común y transversal a toda la sociedad peruana es el consumo automedicado de fármacos como corticoides, antibióticos e ivermectina. Esta situación, que se produce por la desinformación y la informalidad, viene causando preocupantes casos de pacientes que han visto peligrar o perder su vida.
El escenario no es extraño pues seguro muchos hemos escuchado sobre personas que compran medicina sin receta o seguimos un tratamiento que funcionó a un familiar, a un amigo o según un chat de WhatsApp. O también porque lo leyó en alguna red social. Todos estos casos llevan a un mismo desenlace: daños irreversibles al hígado y páncreas. Incluso, la muerte.
PUEDE SER MORTAL
El doctor Martín Tagle, de la Clínica Anglo Americana, señaló a Perú21 que el consumo automedicado y desproporcionado de sustancias como los corticoides y antibióticos podría causar hepatitis medicamentosa.
“Esa no es una enfermedad transmisible, sino una reacción del individuo. El hígado se inflama por tomar un fármaco. Pero además de inflamaciones también causa úlceras y sangrado digestivo”, indicó Tagle.
“La mortalidad es muy baja, menos del 1% o 2%. Pero definitivamente cuando una persona tiene factores de riesgo como obesidad, edad avanzada, es posible que este mal tenga un curso más peligroso”, manifestó.
En tanto, el doctor Jorge Luis Espinoza, de la Clínica San Felipe, precisó a este diario que el hígado, cuya función es desintoxicar y metabolizar, es afectado gravemente por el consumo desmedido y sin receta de estos productos.
“El paracetamol con ingestas elevadas, como 10 gramos por día o más, puede llevar a falla hepática. Y si sumamos que existen personas que toman antibióticos o corticoides de forma indiscriminada, eso podría ser un factor determinante para causar hepatitis medicamentosa”, acotó.
“Puede ser mortal porque podría llegar a ser fulminante, por lo que se necesitaría tener un trasplante hepático”, dijo.
TAMBIÉN POR IVERMECTINA
Durante la pandemia del COVID-19, una práctica difundida ha sido la ingesta de forma automedicada de la ivermectina. Muchos consumieron una gota por kilo, cada dos días. Lo hicieron por consejo de un tercero o porque lo leyeron en Internet. En opinión del doctor Héctor Velarde, de la clínica Ricardo Palma, esta dosis no tiene relación con el tratamiento o prevención del COVID-19.
“La ivermectina es un fármaco antiparasitario para tratar la sarna, filariasis. Los dermatólogos lo usan también como crema para tratar la rosácea en la piel. Puede haber efectos colaterales como náuseas, una alergia, un malestar o dolores musculares. Pero ocurre ocasionalmente. Son efectos bastante raros”, explicó para este informe.
Tagle, por su lado, remarcó que “esa dosis no es peligrosa para el hígado, son muy pequeñas y no se espera que haya reacciones adversas”.
Pero el problema viene con lo que observa Espinoza. Recordó que en el peor momento de la crisis sanitaria, cuando no había camas UCI en las clínicas y hospitales, las personas se aplicaban una alta dosis de ivermectina.
“Lo tomaban de forma diaria pero 300 o 400 gotas, que no es la humana, sino la dosis animal. Lo repetían pensando que iba a calmar la carga viral, pero fue todo lo contrario: les trajo consecuencias hepáticas y neurológicas”, aseveró.
Los tres médicos fueron enfáticos en señalar que la ivermectina no tiene relación con el tratamiento del COVID-19 dado que no existen estudios que lo determinen. “No existen datos sobre ello. Son totalmente controversiales. No existe relación ni tampoco lo recomendaría”, subrayó Velarde.
“Es un campo que todavía está en estudio. Quizás en un futuro salgan investigaciones que demuestren que puede tratar el coronavirus. A pesar de que se habla mucho y se recomienda, no existen informes serios que documenten en forma categórica su relación”, agregó Tello.
CÓMO CORTAR LA AUTOMEDICACIÓN
Una forma de detener la automedicación es con mayor información a los ciudadanos y una regulación que impida que se vendan productos sin receta médica.
“En países desarrollados, nadie puede tomar ningún antibiótico que no sea prescrito por un doctor. Por ello, debe existir una regulación estricta”, indicó Tagle. Asimismo, recomendó acudir a una atención médica “o en su defecto, ser atendidos a través de la telemedicina, que ha entrado con más vigor por la pandemia. Por ese medio se puede recetar tras una evaluación”.
Al respecto, Espinoza sostuvo que el Ministerio de Salud debería difundir información adecuada para evitar la automedicación pero, además, las personas deberían acudir a centros de salud y ser atendidos cuando no registren complicaciones. “Se ha demostrado que los pacientes con mayor mortalidad son los que reportaban falta de aire. El mensaje es tener un oxímetro y acudir a un centro de salud cuando se detecte menos del 94% de saturación y presentemos síntomas”, recomendó como receta para todos.
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