Redacción PERÚ21

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El 12 de diciembre de 1957, , más conocido con el 'Monstruo de Armendáriz', enfrentó a un pelotón de fusilamiento en el recinto de la antigua Penitenciaría de Lima.

Ayer se cumplieron 60 años de una de las últimas ejecuciones por pena de muerte en el Perú. Villanueva fue sentenciado a muerte por el secuestro, violación y asesinato de un niño, de poco más de tres años.

El proceso judicial de inició a mediados de 1954 y hoy podría ser calificado como polémico. El hallazgo del cadáver del infante en una pequeña cueva ubicada en Barranco fue el principio del fin de Villanueva Torres.

La policía empezó a investigar arduamente, sin ninguna pista, hasta que un vendedor de turrón de la zona señaló que el 'Monstruo de Armendáriz' le compró un dulce al niño.

Basándose en esto, se iniciaron las indagaciones en contra Villanueva Torres, quien siempre negó su culpabilidad, y cuando la aceptó, reclamó que fue obligado a hacerlo por la fuerza.

De esta manera, y en medio de dudas, se terminó condenando a Villanueva, marcándose así una de las historias policiales más impactantes del siglo XX peruano.