“Está garantizado que este puente no se va a caer, ni se va a desplomar. La ingeniería siempre es mucho más sabia que cualquier situación, cuando se hacen bien las cosas”.
De esta forma, el alcalde de Lima, Jorge Muñoz Wells, dio inicio ayer a las obras de reconstrucción del ‘desplomado’ puente peatonal Talavera, el cual colapsó en marzo de 2017 –durante la gestión de Luis Castañeda– por el fenómeno El Niño costero.
Con esta frase, el burgomaestre hizo referencia a las palabras que, en aquella oportunidad, dijera el gerente de Infraestructura de Emape, José Justiniano, para justificar la caída de la estructura. Él afirmó: “El puente no se ha caído, solamente se ha desplomado”.
La nueva versión del puente –que interconectará a El Agustino con San Juan de Lurigancho– estará lista en cinco meses. Tendrá 84 metros de largo. Será hecha con concreto y acero. En su diseño se ha puesto especial énfasis en la seguridad.
El burgomaestre capitalino manifestó que esta obra sí soportará el incremento del caudal del río.
“Hemos previsto que tenga dos pilotes que estarán a 15 metros de profundidad. También vamos a realizar el enrocamiento de 125 metros de la ribera del río Rímac en ambas márgenes para que la crecida del caudal no afecte la estructura”, aseguró.
La inversión de la obra es de S/10’333,955, que proviene de los fondos de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios. Se estima que beneficiará a unos 200 mil vecinos de El Agustino y SJL.
Por otro lado, Muñoz Wells indicó que en los próximos días se habilitará un ramal del intercambio vial El Derby, el que une Surco con San Borja.
DATOS
- Actualmente, la única vía que tienen los vecinos de El Agustino y SJL para pasar de un distrito a otro es el puente Libertadores, que se encuentra a 60 metros del colapsado puente Talavera.
- La nueva estructura tendrá un doble arco superior, hecho de acero, y también iluminación nocturna.