En un descampado de , la policía halló el cuerpo calcinado de una bebé de 11 meses que fue asesinada, quemada y enterrada por sus propios padres. Horas después, ambos fueron capturados y confesaron el macabro crimen.

Ronaldo Fernández Roca y Cirila Ramos Quispe fueron trasladados a la Depincri de Chaclacayo, lugar en el que el padre admitió haber asfixiado a la menor con sus propias manos.

(Trome)
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Una tía de la menor fue quien dio aviso la policía, pues el último viernes acudió a la vivienda para visitar a la niña y al no verla, preguntó por ella sin recibir ninguna respuesta convincente.

En un inicio los padres aseguraron que la menor se asfixió comiendo pollo a la brasa, pero los argumentos y las contradicciones alertaron a la Policía. Finalmente, admitieron que la asesinaron porque tenían problema conyugales.

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