Puede ser tu hija, tu prima, tu hermana.
Puede ser tu vecina, tu amiga, tu compañera de clase.
Primero le rociaron gasolina.
Después le prendieron fuego.
Ayer por la noche, el cuerpo de Eyvi Liset Ágreda Marchena —22 años, natural de Cajamarca, estudiante de negocios internacionales— ardió en una calle miraflorina. Producto de este intento de feminicidio, cuya responsabilidad apunta a Carlos Javier Hualpa Vacas, ahora tiene el 60% de su cuerpo quemado y deberá someterse a 10 operaciones.
Desde una camilla de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Almenara, su pronóstico es reservado. Las quemaduras han afectado órganos internos. Ella es, según las cifras del Centro de Emergencia Mujer (CEM), una de las 82 víctimas de tentativa de feminicidio registradas en el país, entre enero y marzo de este año.
A otras 32 mujeres, sin embargo, las mató el machismo imperante en el país. La mayor incidencia en tentativa de feminicidio se concentra en Lima Metropolitana, Arequipa, Junín, Cusco, Áncash y Huánuco. Los celos, la separación, el rechazo y la infidelidad, son los principales motivos de las agresiones.
En general, Sudamérica es un país salvaje: Argentina registró 292 casos de feminicidio en 2017, de los cuales 17% eran niñas o adolescentes; Chile, 36 casos; y Colombia, 940. Según el Código Penal, la pena del feminicidio simple va de 15 a 25 años, mientras que la del feminicidio agravado va de 25 a 35 años.
¡TODOS CON EYVI!
Eliana Revollar, adjunta de los Derechos de la Mujer de la Defensoría del Pueblo, sostuvo a RPP que el ataque a Eyvi fue 'alevoso y premeditado' porque el sujeto llevaba combustible en un recipiente. En ese sentido, el agresor debe ser procesado por tentativa de feminicidio.
"El feminicidio, como categoría penal, hace ver los crímenes por su condición de mujeres y están provistos de particularidades como por ejemplo en relaciones de parejas, hechos de violencia previo, temas de hostigamiento y acoso que es la hipótesis de la Policía Nacional", enfatizó Revollar.