El paso cruel del ciclón Yaku deja su estela de angustia y destrucción. “Es diez veces más fuerte que el huaico de 2017″. Estas fueron las palabras que empleó un vecino de Punta Hermosa para describir el nuevo alud de lodo y piedra –el segundo de los últimos dos días– que azotó dicho balneario –uno de los más exclusivos de la capital– y que generó pánico.
No fue el único. En Chaclacayo, un huaico activó la quebrada Los Cóndores, ubicada en el kilómetro 27 de la Carretera Central, vía que se transformó en un río. El tránsito se paralizó y las aguas ingresaron por debajo de las viviendas.
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Mientras tanto, en Chosica, una de las quebradas más grandes del distrito –la quebrada Tarazona– se activó, tras soportar una intensa lluvia que, según el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), llegó a los 14.5 mm –14.5 litros de agua por metro cuadrado–.
En Cieneguilla la situación es dramática. “En la zona de Río Seco, que es el lugar más afectado, tenemos unas 2,500 familias damnificadas y 300 casas que han desaparecido completamente. Hay señoras llorando porque lo han perdido todo”, señaló el alcalde distrital, Emilio Chávez.
Y en Chilca, un deslizamiento llegó hasta la carretera Panamericana Sur, tal como ocurrió en 2017. En el anexo 22 de Jicamarca, en el distrito de San Juan de Lurigancho, se activó una quebrada, arrastrando todo lo que encontraba a su paso.
Sobre el tema, el ministro de Defensa, Jorge Chávez Cresta, dijo que “la autoridad local –es decir, el alcalde– debe articular todos estos esfuerzos para prevenir y alertar a la población” sobre los desastres naturales que vienen ocurriendo.
“Nosotros hemos generado la alerta hace tres días... La responsabilidad directa de capacitarlos –a los pobladores, a los posibles damnificados–, de articular todo el apoyo en el primer nivel corresponde a la autoridad local –al alcalde–”, manifestó desde Chosica.
De otro lado, la presidenta de la República, Dina Boluarte, afirmó que el Ministerio de Economía destinará un presupuesto al Ministerio de Defensa para la adquisición de helicópteros y para el mantenimiento de las 24 naves de este tipo que poseen las FF.AA. para atender la emergencia climática.