El accidente sucedido en el serpentín de Pasamayo marcó un inicio de año trágico para muchos peruanos, dejando historias de las víctimas y sobrevivientes que han conmovido a más de uno.
Dos de las víctimas del trágico accidente fueron Piero Ojeda Espinoza de 30 años, quien viajaba junto a su hijo de 4 años hacia Lima, debido a que el pequeño se iba a quedar con su madre luego de haber celebrado el Año Nuevo.
Según relatan los rescatistas, el joven padre fue encontrado abrazando a su pequeño, en medio de los escombros, quizá en un último intento de protegerlo del desastre que se avecinaba, y que para desgracia, acabaría con la vida de ambos.
Piero era un jugador de Beisbol y pertenecía al equipo Camaguey, de la Liga Distrital de Beisbol de Trujillo. La asociación emitió un mensaje de condolencias en su cuenta de Facebook.
Fueron al menos 40 rescatistas de la Policía Nacional, 120 miembros del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú y 60 infantes de la Marina de Guerra, quienes se desplegaron para rescatar los cuerpos de los 52 muertos, a la par que ayudaban a los sobrevivientes.
Los cuerpos de Piero Ojeda Espinoza y su hijo fueron velados juntos y luego cremados en el Centro Funerario Jardines de la Paz de Lurín, en medio del dolor de sus familiares.