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El escapista con suerte
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Vladimir Cerrón, allí donde la fortuna le haya permitido esconderse, debe estar regando plácidamente su jardín lleno de tréboles de cuatro hojas con un whiskey en mano.
No es poca cosa seguir como si nada por la vida, publicando videos e interactuando en redes sociales, con una orden de captura de por medio desde hace casi un año y más de 100 mil soles que la Policía ofrece (sin éxito) para quien dé datos de dónde se oculta.
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Es un hecho: Cerrón es un escapista con suerte.
El flamante prófugo de Perú Libre recibió el 2024 en un lujoso condominio en Asia. Pasó de estar refugiado en la ciudad de Chincha a la comodidad de un bungalow frente al mar al sur de Lima. Pero sus días, después de la serpentina y el champagne, fueron realmente tensos.
Perú21 conoció que Vladimir Cerrón recibe la ayuda de una persona a la que llama ‘Comandante’, según información de Inteligencia que obra en poder de las autoridades peruanas. Este personaje no es nuevo en la vida del escapista, pues su existencia se remonta a sus últimos años en Junín, alrededor del 2014, cuando el dueño del lápiz aún ostentaba poder en esa región.
La historia de su camino a la clandestinidad se explica de la siguiente manera. Cerrón dejó Chincha a finales de 2023 para instalarse en un condominio en Cañete del que hasta hoy no se tenía conocimiento.
El exclusivo lugar lleva el nombre de Asia Azul, una residencial que tiene 136 casas de playa y seis edificios con 36 departamentos, piscina y salida directa al mar.
La primera semana de enero, todo transcurrió con normalidad. El dueño del lápiz tomaba el sol con precaución pero sin moros en la costa. Esto cambió para la segunda semana del mes. El ‘Comandante’ advirtió que la Policía estaba por dar con el paradero del prófugo, información que fue corroborada la noche del sábado 13 de enero.
Tan solo unas horas después y con un Bloque de Búsqueda aproximándose, el operativo para cambiar de morada a Cerrón se ejecutó. El prófugo ya dormía, pero fue despertado alrededor de las 4 de la mañana del domingo cuando su próximo destino ya estaba asegurado. Fuentes de Inteligencia refieren que Vladimir, muy disgustado, preguntó si era necesario el traslado a esa hora.
Mientras los primeros rayos de sol de aquel domingo de verano asomaban, Cerrón pudo retomar su sueño en su nuevo refugio. El lugar no era muy lejano al condominio Asia Azul; es más, tenía las mismas condiciones de comodidad que el anterior. La nueva guarida del prófugo estuvo en el condominio Mikonos, que días después se hizo conocido a nivel nacional.
Este diario conoció que, con la información de inteligencia corroborada, la Policía llegó hasta Asia Azul y sobrevoló la zona, pero el prófugo ya había encontrado un nuevo refugio.
Mikonos se encuentra tan solo a 900 metros de distancia de Asia Azul. Caminando una persona demora aproximadamente 12 minutos en trasladarse; en un vehículo, solo tres minutos. Al día de hoy, la Policía no tiene certeza de cómo se movió Cerrón, mas sí la hay de que se instaló en el condominio Mikonos.
Perú21 ya había revelado que la forma en que la Policía procedió con el paradero del prófugo se dio gracias al seguimiento de personas de nacionalidad cubana que coordinaron previamente con congresistas de Acción Popular y de Perú Libre.
Estos extranjeros dejaron el rastro y llevaron al Bloque de Búsqueda hasta Asia. Pero dar con el nuevo refugio de Cerrón no fue tarea fácil. Acostumbrado a la clandestinidad, pero a no estar lejos de las redes sociales, el también cabecilla de Los Dinámicos del Centro usaba el Internet de su celular, pero a través de una red VPN, que restringe el rastreo de la ubicación del equipo móvil. Sin embargo —después de la apurada mudanza—, la conexión falló y hubo una línea directa a la red local. El móvil rastreado, gracias a la geolocalización, concluía que Mikonos era la nueva guarida.
Con la certeza y el despliegue de agentes encubiertos, el Bloque de Búsqueda, integrado por el entonces jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) y el general Óscar Arriola, armó el operativo en 24 horas junto a un contingente de Dinoes. La Policía sabía que del otro lado estaba el ‘Comandante’, que desde hace años le hacía sombra a Cerrón, pero pensaron que ese no podía ser impedimento para capturarlo.
Sin embargo, terminó siendo un operativo fallido. “A él no lo agarramos esa noche por incidencia de la Policía Nacional; hubo filtración de la información”, confiesa una fuente presente en el operativo del kilómetro 107 de la Panamericana Sur.
Cerrón estaba desesperado por el cerco que habían armado, pues sabía que Inteligencia estaba cerca. “Él suele tomar pastillas por la tarde y dormía hasta las 11 de la noche. A las 11 o 12 se despertaba y empezaba a comunicarse a partir de las 2:00 de la mañana. Ese era su rutina. Nosotros no tenemos la menor duda que él estuvo ahí”, mencionó a este diario el informante.
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