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Pedro Castillo quiso elegir a dedo a jefe de los prefectos y subprefectos
A inicios de julio –a los pocos días de haber asumido funciones el entonces ministro del Interior Mariano González– el presidente Pedro Castillo le entregó dos pequeños papeles con nombres escritos a mano. Llegaron con la disposición de que esos eran sus cuadros para ocupar la Dirección General de Gobierno Interior (DGI), el órgano del cual dependen los prefectos y subprefectos de todo el país y cuya designación en realidad corresponde, al menos formalmente, al titular del sector Interior y no a Palacio de Gobierno.
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Fecha Actualización
A inicios de julio –a los pocos días de haber asumido funciones el entonces ministro del Interior Mariano González– el presidente Pedro Castillo le entregó dos pequeños papeles con nombres escritos a mano. Llegaron con la disposición de que esos eran sus cuadros para ocupar la Dirección General de Gobierno Interior (DGI), el órgano del cual dependen los prefectos y subprefectos de todo el país y cuya designación en realidad corresponde, al menos formalmente, al titular del sector Interior y no a Palacio de Gobierno.
Según conoció Perú21, la historia de este encargo, incluidos los escritos dados por Castillo, obran en una de las declaraciones que González brindó a la Fiscalía de la Nación como parte de su colaboración –como testigo– en las pesquisas contra el jefe del Estado y su entorno. Y el exministro del Interior confirmó ayer a este diario el episodio.
“Sí, es verdad. Un nombre (estaba escrito) en un post-it y el otro en un papelito. (Me dijo) que nombre a uno como director general de Gobierno Interior y al otro como el segundo en la oficina. Y la verdad es que era imposible porque no tenían el más mínimo expertise y, además, íbamos a tener un grave problema con la Contraloría. Yo le expliqué después y se incomodó bastante”, detalló González a su ingreso a una ceremonia en San Isidro.
A lo largo de los últimos meses, la DGI viene siendo usada groseramente para pagar favores y colocar a operadores políticos, sin importar ni siquiera que algunos tengan vínculos con el Movadef.
“Son, básicamente, portátiles políticas al servicio de los intereses oscuros del Gobierno y, además, estamos ahora pagando con nuestros impuestos a militantes del Movadef. Eso es un insulto a la memoria de las víctimas del terrorismo”, opinó el exministro Rubén Vargas.
Para Vargas, la DGI y todo el sistema de autoridades políticas es un concepto “absolutamente desfasado” que debió haber desaparecido con el proceso de descentralización. “Me atrevería a decir que es un sistema absolutamente inservible”, agregó. Y mencionó que el Congreso debería discutir en el más breve plazo su desaparición.
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AL MÁS ALTO NIVEL
En las notas entregadas en las manos de González por el mismo Castillo en Palacio, y a las que accedió Perú21, figura el nombre –y los respectivos números telefónicos– de Marcelino Suárez Maccha, un docente y militante de Perú Libre natural de Pasco. También de Ramiro Tapia Coronel, un oficial del Ejército en retiro natural de Cajamarca. Ninguno fue colocado pues “no tenían el perfil suficiente para el cargo”, explicó González ayer.
“Yo llamé a uno de ellos, que era un profesor de Pasco. Conversé con él y le pedí su CV y le dije que el presidente lo había recomendado y él me dijo: ‘Sí, el presidente es mi amigo’”, señaló González.
Que sea el mismo presidente Castillo el interesado directamente en que sea su propuesta la que se designe como jefe de este órgano es una muestra más de la importancia que tiene esta dirección para la actual administración.
“Había un interés de, además de copamiento, tener control del sector en general y sobre todo en la Dirección de Gobierno Interior para facilitar un poco la expansión de sus grupos afines”, dijo González.
No fue designado ninguno de los nombres propuestos por Castillo, pero sí uno que vino a través de “congresistas del Bloque Magisterial”, el cual “sí pasó todos los filtros”. Se trata de Alejandro Delgado Gutiérrez, quien apenas duró 12 días en el cargo con la remoción de González.
En su reemplazo, y ya con el suertudo ministro Willy Huerta en funciones, se designó como director de la DGI a Edwar Chuquilín Hernández, quien venía desempeñándose como prefecto de Cajamarca.
Pero González no es el único que ha entregado a la Fiscalía notas alcanzadas por el jefe del Estado. Bruno Pacheco, exsecretario general de Palacio y hoy colaborador eficaz, puso hace unas semanas a disposición de las autoridades los post-it con los nombres de los oficiales a ser ascendidos en las Fuerzas Armadas que le dio el mandatario. Papelito manda.
TENGA EN CUENTA:
El profesor pasqueño Marcelino Suárez solo se limitó a indicar que desconoce del tema tras ser ubicado por este diario al mismo número que aparece en el escrito.En tanto, Ramiro Tapia aseguró que a él lo llamaron de la misma DGI y que no le tomó importancia. Dijo que no aceptó la propuesta pues ahora se encuentra dedicado a temas personales.“Yo no tengo nada que ver en este tema”, dijo e indicó que acudirá a la Fiscalía de ser convocado.
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