Padomi tiene solo 144 especialistas para atender a más de 52 mil afiliados

ADULTOS MAYORES A SU SUERTE. Perú21 recogió diversos testimonios de los beneficiarios del programa de Essalud para adultos mayores, quienes denunciaron la falta de especialistas, problemas con la prescripción de recetas, y hasta la falta de insumos médicos esenciales como gasas.

“Nos han mandado a los viejitos y discapacitados a nuestra casa. Nos han abandonado en nuestro rincón, en nuestro domicilio, para que nuestros familiares nos atiendan. . Y encima hacen publicidad de los 31 años del Padomi. Tienen 52 mil pacientes solo en Lima porque en provincias el no existe”, lamenta un mortificado Jorge Paredes, cuya vida cambió drásticamente en 1972 tras un accidente automovilístico en la quebrada de Guerreros, en Arequipa, que lo dejó parapléjico a los 28 años.

Hoy, a sus 80 años, Paredes, uno de los pacientes más antiguos del Padomi, reconoce que recibir un tratamiento adecuado es una constante lucha. Hace apenas unos días, denunció la falta de gasas y, meses atrás, la falta de apósitos, que son insumos básicos que los afiliados con desplazamiento limitado necesitan para poder curar sus escaras.

Sin embargo, el malestar y la insatisfacción que provoca el Padomi en los beneficiarios y sus familiares va mucho más allá de la falta de gasas.

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Este diario fue a la sede del programa de Essalud y pudo constatar, mediante diversos testimonios, la escasez de algunos fármacos, errores con la prescripción de recetas y la falta de especialistas. Según información brindada por el Seguro Social, Padomi solo dispone de 144 especialistas para atender a 52,300 afiliados a nivel nacional.


PÉRDIDA DE DERECHO DE ATENCIÓN


El Programa de Atención Domiciliaria (Padomi) fue creado en 1993 como una alternativa para los adultos mayores de 80 años o personas con alguna discapacidad que tienen dificultades para trasladarse a un centro hospitalario y requieren atención médica permanente. Una vez inscrito en Padomi, el asegurado recibe la visita mensual de un galeno a su domicilio.

No obstante, la mayoría de médicos visitantes son de medicina general, cuando lo que necesitan los pacientes del Padomi, debido a su avanzada edad, son especialistas. “Cuando un paciente requiere una consulta especializada, el especialista tiene que ir a la casa (del afiliado). Padomi lo que hace es tramitar la cita del especialista para que vea al paciente en casa”, señaló el exministro de Salud Óscar Ugarte. (Ver análisis).

Además de la falta de doctores especializados, lo que vuelve más compleja la situación es que, los asegurados, una vez registrados en Padomi, ya no pueden atenderse en un hospital de Essalud. Esta información fue corroborada por una de las encargadas de atención al usuario, quien también le explicó a Perú21 que las dos primeras citas a través de Padomi son teleconsultas, y recién la tercera es presencial.

Entonces, si un adulto mayor desea pasar por una consulta con un especialista, lo primero que tiene que hacer es obtener una orden de interconsulta de su médico visitante. Pero pueden pasar meses o años hasta que reciban la visita de un médico.

La segunda opción —y, quizás, la más factible— es obtener una referencia para ser atendidos en un centro de salud del Seguro Social. Sin embargo, las trabas que pone el sistema de salud nunca faltan.

Cuando este diario entrevistó a Ronald Bendezú, el pasado 9 de mayo, llevaba cuatro días esperando ser atendido en el Hospital Rebagliati o en algún policlínico de Essalud. El asegurado de 78 años tiene faringitis y sordera, condiciones que se han vuelto insoportables a estas alturas.

“A emergencias he venido. Me tuvieron tres horas para darme un papel donde me indican que me van a atender en el hospital (...) voy al hospital y me dicen que no hay cita, que me deben atender en emergencias. Regreso a emergencias y me dicen que me tengo que atender en el policlínico. Y en el policlínico estoy casi cancelado porque soy de Padomi. Me he resignado, y estoy aprovechando a pedir aquí mis recetas incompletas. Y este tema quedó en el aire”, reprochó Bendezú, quien también padece de la enfermedad de Chron y principios de glaucoma.

Debido a esta última afección, Ronald optó por atenderse en el Instituto Nacional de Oftalmología (INO) del Minsa luego de esperar por más de un año la visita de un oculista del Padomi. Pese a contar con los exámenes y recetas del INO, Essalud aún no le envía la receta que necesita.

“Hay un montón de personal administrativo que no hace nada, y faltan médicos. No hay terapistas, psiquiatras, neurólogos. No hay especialidades”, interrumpió Martha Villegas, que estaba sentada al costado de Bendezú. “El médico viene a mi casa una vez al mes y no me hace la receta con la medicina completa. Todos los meses tengo que venir para que me den la receta correcta, hacer esta cola y dejar a mi paciente enfermo”, protestó Villegas, quien lleva casada 43 años con Guy Rivas. Su esposo fue diagnosticado con Parkinson, y necesita medicamentos —que no están disponibles en Padomi— como la levodopa y carbidopa para tratar su enfermedad.

Al igual que Martha Villegas, Saúl Jiménez, 61, pide un tratamiento adecuado para sus progenitores. Su madre, Erasma Falcón, tiene todo el cuerpo adolorido. Sufre de herpes zoster, un virus que le ha provocado erupciones cutáneas en toda la parte del pecho, y neuropatía, una enfermedad del sistema nervioso que causa entumecimiento y debilidad en las manos y pies, mientras que su papá, Irineo Jiménez, tiene Alzheimer y una sonda por problemas urinarios. Solo un urólogo lo ha atendido en los dos años que lleva inscrito en el programa de adultos mayores de Essalud.

Aquella tarde, Saúl llegó al local de Padomi para exigir la medicina de sus padres, que no llegaba desde hace 15 días. Asegura que el retraso no es algo nuevo, pues en otras ocasiones ha tenido que esperar hasta un mes y medio.

Dely Uscuchagua es otra de las familiares afectadas por un programa que se supone debe brindar más beneficios que desafíos.

Hace unos años, su hermano, Aldo Uscuchagua, sufrió un accidente laboral que lo dejó postrado en una silla de ruedas de por vida. Desde aquel entonces, Dely asumió el cuidado de Aldo y su anciana madre. “Tengo que dejar a mi hermano prácticamente casi todo el día con su botella de leche bien preparada, bien concentrada con el sorbete en su boca para que pueda tomar. Y mi mamá, una persona de 81 años a su lado. ¿Qué hago yo? No me han llevado el mes pasado mis materiales,” reclamó Dely.

La quincena de abril, Padomi delivery debió entregarles gasas, apósitos, guantes quirúrgicos y suero fisiológico, insumos médicos que Dely necesita para curar las escaras que su hermano tiene en la espalda.

Essalud le respondió a este diario que las gasas tienen diversos tamaños, y que se vienen registrando ingresos y distribución. Asimismo, la entidad señaló que Padomi cuenta con el 95% de disponibilidad de medicamentos y que no existe desabastecimiento de fármacos.

No obstante, hasta el 9 de mayo, los Uscuchagua no habían recibido ningún material. Ese día Dely salió de su casa a las 10 a.m, camino a la única oficina del Padomi, ubicada en la Av. Arenales, en Jesús María. Llegó a la sede al promediar la 1 p.m. El reloj marcaba las 2:30 p.m., y aún nadie la atendía. El turno del personal de la oficina 215 había terminado, y solo había una médica en ventanilla para atender a una cola de pacientes acumulados. (Ver foto).

Dely llegaría a su casa a las 6 o 7 p.m, según sus cálculos. Debía esperar por lo menos una hora para que la doctora la atienda, y luego, otra hora más para recoger los medicamentos de su hermano en la Farmacia Padomi. Casi todo un día perdido en trámites no solo para Dely y Aldo, sino también para los miles de afiliados que van diariamente a Padomi a reclamar lo que les corresponde por todos los años que contribuyeron a un seguro social que los tiene ahora en el olvido.


ANÁLISIS: Óscar Ugarte, exministro de Salud


La falta de especialistas es una deficiencia general. Faltan médicos especialistas en todo el país. No solo en Essalud y Padomi, sino también en el Minsa y los principales hospitales. Incluso muchas veces, conseguir una cita para los pacientes que no son del Padomi —que se atienden regularmente en los consultorios— puede demorar semanas. Y eso es porque hay poco personal para la cantidad de asegurados que se atienden. Ese es el problema que tiene que ser resuelto.

La solución de fondo es ampliar la oferta de especialistas. Hay algunas alternativas transitorias, como, por ejemplo, permitir que los medicos especialistas puedan trabajar en doble turno, y que se les pague por eso. Ahí la objeción ha venido del Congreso, que dicen que sería recibir una doble percepción y que legalmente eso no sería factible. El Colegio Médico viene reclamando para que haya una modificación, y eso está estancado en el Congreso desde hace tres o cuatro años.

Eso ampliaría el tratamiento por el lado de las especialidades. Esa es una solución inmediata. El proyecto de ley presentado por el Colegio Médico deja abierta la posibilidad para que un especialista trabaje en doble turno, sea en Essalud, en el Minsa o las sanidades de cualquier parte del sector público.


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