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El día que Dina Boluarte sí era parte de una “fórmula del pueblo”
Era 28 de octubre de 2020, dos años antes de la ‘tragedia’. Perú Libre se presentaba públicamente al “pueblo” con una plancha integrada por tres personajes que buscaban llegar a Palacio de Gobierno: Pedro Castillo, Dina Boluarte y Vladimir Cerrón. Este trío fue anunciado por el entonces desconocido y candidato al Congreso Guido Bellido, y simulaba ser un equipo unido con miras a “sacar la corrupción del Perú”. Incluso, Cerrón los presentó en redes sociales como “una fórmula eternamente popular”.
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Era 28 de octubre de 2020, dos años antes de la ‘tragedia’. Perú Libre se presentaba públicamente al “pueblo” con una plancha integrada por tres personajes que buscaban llegar a Palacio de Gobierno: Pedro Castillo, Dina Boluarte y Vladimir Cerrón. Este trío fue anunciado por el entonces desconocido y candidato al Congreso Guido Bellido, y simulaba ser un equipo unido con miras a “sacar la corrupción del Perú”. Incluso, Cerrón los presentó en redes sociales como “una fórmula eternamente popular”.
Ahora, Castillo –desde la cárcel– ataca a Boluarte a través de tuits. Y Dina responde. La presidenta, en su última aparición pública, señaló que “la violencia, el radicalismo y la polarización dirigida desde un lugar de la Diroes no nos hará bajar la cabeza ni la moral”.
¿Dónde quedó el tremendo trío? Veamos la historia.
“LA FÓRMULA PRESIDENCIAL”
El discurso inaugural que se transmitió de manera virtual –y aún se puede ver en la página de Facebook de Perú Libre– se inició con la presentación de Dina Boluarte, quien tentaba la primera vicepresidencia del país.
“No abrazamos de ninguna manera actos de corrupción, porque estamos cansados de ello (...) hay expresidentes perseguidos e investigados por corrupción. Está el caso Alan, Fujimori, Toledo, Ollanta, que son una vergüenza para la nación”, dijo en ese entonces Boluarte, sin imaginarse que en un futuro cercano, su compañero Pedro Castillo se convertiría en uno más de la larga lista de mandatarios inmersos en ese tipo de ilícitos.
A las palabras de Dina le siguieron las del sentenciado por corrupción Vladimir Cerrón, que estaba seguro de poder postular para segundo vicepresidente por el partido que lidera y del cual es secretario general. Sin embargo, su pasado pesó más y, legalmente, el Jurado Nacional de Elecciones bloqueó su candidatura.
Cerrón aseguró, durante la presentación de la plancha presidencial, que “el pueblo peruano encontrará en Perú Libre una opción de cambio diseñada dentro del partido. Esta fórmula presidencial que la encabeza Pedro Castillo, un candidato netamente de la esfera popular, no es un candidato que responde a los grandes empresarios; la plancha de Perú Libre es una fórmula del pueblo”, dijo.
La última palabra la tomó el profesor Pedro Castillo, quien inauguró, entonces, su narrativa del “pueblo”.
“Ante tanta desigualdad, ante un Estado mudo, sordo y ciego a su pueblo, hemos tomado la decisión de entrar a esta arena política acompañado por gente que pone el pecho, no solamente para democratizar el país y la economía, sino para ver de qué manera, con este lápiz, direccionar el camino contra la corrupción”, decía el entonces candidato presidencial.
Lo que vino después ya es historia conocida. Castillo ganó las elecciones. Cerrón tomó el control de algunos ministerios y Boluarte se quedó con el Ministerio de Inclusión Social. En diciembre de 2022 el profesor dio un golpe de Estado acorralado por los casos de corrupción y fue, posteriormente, destituido por el Congreso de la República.
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¿QUÉ DICE LA SUCESIÓN CONSTITUCIONAL?
“Por impedimento temporal o permanente del presidente de la República, asume sus funciones el primer vicepresidente. En defecto de este, el segundo vicepresidente. Por impedimento de ambos, el presidente del Congreso. Si el impedimento es permanente, el presidente del Congreso convoca de inmediato a elecciones”, señala el artículo 115 de la Constitución.
Es decir, la ley ordenó que Boluarte suba al sillón presidencial porque en 2021, cuando los peruanos fuimos a las urnas, elegimos no solo al presidente, sino también a los vicepresidentes de nuestro país.
Estamos seguros que, si a Vladimir Cerrón se le hubiese permitido continuar en la plancha presidencial y los hechos se registraban tal como se han dado, desde Perú Libre la protesta habría sido distinta. Nuestro país se salvó de tener también entre los sucesores del sillón de Pizarro a un sentenciado por corrupción y con decenas de investigaciones abiertas.
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