Si tuve COVID-19, ¿cuánto debo esperar para vacunarme?

Los casos de COVID-19, avanzan de manera galopante debido al dominio de la variante ómicron, que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) abarca el 72% de los casos en el mundo.

Esta variante contagia 70 veces más que las otras de preocupación, como la Delta o la Gamma. Por ello, es que cada vez más personas allegadas dan positivo al virus, que genera síntomas como tos, dolor muscular y de garganta, así como largas colas para realizar el descarte.

El tiempo de espera para la vacunación depende de cómo te afectó el virus, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (INS):

Si la infección por COVID-19 ha sido leve y los síntomas que presentaste no han sido preocupantes, el tiempo de espera es de 15 días. Para ser inoculado no debe tener ningún síntoma.

Si has tenido una infección agresiva, que requirió de hospitalización o cama UCI, el tiempo de espera es de 90 días. Existe evidencia científica de que las personas adquieren una mejor protección al recibir la vacuna.

Si, el haber tenido una infección por COVID-19 otorga cierto nivel de protección, pero recibir la vacuna le proporcionará una protección aún mayor y durante un período de tiempo más prolongado, afirma el doctor David Goldberg, especialista en enfermedades infecciosas de NewYork-Presbyterian Medical Group Westchester. “Por otro lado, existe evidencia de que recibir la vacuna puede ayudarlo a estar protegido contra las variantes de la COVID-19", indicó en declaraciones a Health Matters.

Sí. El doctor David Goldberg, internista y especialista en enfermedades infecciosas de NewYork-Presbyterian Medical Group Westchester, indicó que “es importante vacunarse si ha tenido COVID-19 y hacerlo en el momento adecuado para que sea lo más eficaz posible”. Destacó que hacerlo, además, de protegerse a uno mismo, se protegerá a la familia, amigos y ayudará a mantener el rumbo para poner fin a esta pandemia.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las medidas más eficaces que toda persona puede tomar para reducir la propagación del virus SARS-CoV-2 causante del COVID-19 son mantenerse a una distancia de al menos un metro de las demás personas, llevar una mascarilla bien ajustada, abrir las ventanas para ventilar las estancias, evitar los lugares abarrotados o poco ventilados, mantener limpias las manos, toser y estornudar en la flexura del codo o en un pañuelo desechable y vacunarse cuando les llegue el turno.

Si se tienen síntomas como tos, fiebre o malestar general, en ese caso se recomienda usar la prueba de antígeno. Esta prueba detecta una de las proteínas del virus.

Si no se tiene síntomas, pero ha sido contacto de una persona que sí tiene COVID-19, debe optarse por la prueba molecular. La prueba molecular es la que detecta el material genético del virus

Nota: El resultado positivo de cualquiera debe ser aceptado como una evidencia de que una persona tiene la infección.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indicó, a través de un pronunciamiento, que el uso de las pruebas de descarte COVID-19 debe ser racional porque la capacidad de los laboratorios se ha visto sobrepasada en todo el mundo. Por esta razón, recomendó dar prioridad a tienen mayor riesgo de hacer enfermedad severa, como son las personas mayores de 60 años o con comorbilidad, como hipertensión diabetes u otras.

También es importante el descarte en personas que hacen trabajo presencial y realizan trabajo remoto que requieren licencia médica para recuperarse completamente de la infección.