Peruana en el MIT: Joven de Barranca obtuvo beca en la mejor universidad del mundo

Durante su etapa escolar en el Colegio Saco Oliveros, demostró ser una alumna destacada, participando en diversos campeonatos de matemáticas e informática representando al Perú. Su trayectoria incluye la medalla de oro en la Olimpiada Panamericana Femenina de Matemáticas (PAGMO 2021). Ese mismo año conquistó una presea de plata en el Mundial Femenino de Matemática (EGMO 2021) y una de bronce en 2020.

Además, ganó para el país dos galardones de plata en la Competencia Iberoamericana de Informática y Computación 2021 y 2022 y una de bronce en Olimpiada Mundial Femenina de Informática (EGOI) 2022. Finalizó con éxito su participación internacional con una presea de plata en la Olimpiada Internacional de Ciencias en Kazajistán 2023.

El logro más reciente de Angie es la obtención de una beca de estudios integral en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), reconocida como la mejor universidad del mundo y unas de las instituciones más destacadas en el desarrollo científico, además de ser líder en la conquista aeroespacial, aportando talentos a la NASA. Su hermano Raúl Alcántara, también exalumno de Saco Oliveros, ya había ganado una beca en la misma institución en 2018.

La familia Alcántara, natural de Barranca, celebra este doble triunfo, destacando y agradeciendo el respaldo académico recibido en su alma máter. Tanto Raúl como Angie formaron parte del programa social de residentado del mencionado colegio, dirigido a estudiantes de bajos recursos económicos y excelencia académica.

Los padres de Angie atribuyen este logro al máximo esfuerzo de su hija, al sólido respaldo académico y la constante motivación y oportunidades recibidas de su colegio para participar en competiciones internacionales, cuyas experiencias la ayudaron a fortalecer sus vínculos interculturales y sentaron las bases para sus logros futuros.

Desde el principio, la campeona de matemática ha expresado su interés en dedicarse a las ciencias de la computación. Aunque está abierta a descubrir nuevos intereses durante su primer año en la universidad, su pasión por la programación la motiva a seguir explorando y creando.

Entre sus objetivos a largo plazo aspira a contribuir al desarrollo de la educación en el país, ofreciendo acceso gratuito a cursos de programación para adolescentes, fomentando así la igualdad de oportunidades.

La joven también busca empoderar a más jóvenes programadoras a incursionar en áreas tradicionalmente ocupadas por hombres. Animada por sus éxitos, desafía estereotipos y sueña con un futuro donde más mujeres participen activamente en ciencias.