Pueblo, ahí tienes tu congreso

Con cabeza fría y siete días de distancia, el nuevo Congreso muestra un elector desatendido en la rauda campaña de enero. Un sector de la Lima tradicional se sorprende con el Frepap, UPP y Podemos. Al pescadito se le mira raro y eso es lo peor. Están en la política desde 1989. La Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal data de mitad de los cincuentas y fue legalizada en los sesentas. Desconocerlos es ignorancia o pura discriminación. El elector dogmático está allí, el autoritario también.

Vemos lo que queremos ver, es cierto. Y vimos el castigo al Apra, Solidaridad Nacional y, en menor medida, a Fuerza Popular. Los dos primeros se desplomaron al fondo de la tabla, mientras que el fujimorismo pasó de 73 escaños obtenidos el 2016 a solo 15. Si bien el voto fue consecuente con la disolución del bloque político que fue mayoría en el Congreso, esa es una cara de la moneda. En la otra está el elector que buscó, en una segunda línea, a partidos igualmente conservadores y autoritarios.

Ahí está el fundamentalismo religioso, como lo llama el sociólogo Jorge Yamamoto, del Frepap y su credo antes de Cristo. La política del fusilamiento de Antauro Humala en UPP. La mano dura de Urresti en Podemos, un partido con denuncias de corrupción contra su fundador José Luna y su hijo, virtual congresista y quien gozará de inmunidad parlamentaria. El Congreso debe investigarlo por el pago de Telesup a dos hermanitos del CNM.

Estos resultados son un castigo para todo el elenco de la clase política. Nadie tendrá mayoría, todos tendrán que concertar o habrá un entrampamiento parlamentario. No hay discurso que seduzca, la gente busca salidas drásticas y sin el filtro de la formalidad. Existe una enorme posibilidad de que este voto conservador autoritario se repita en el 2021. Después no vale sorprenderse.