/getHTML/media/1234452
Junta de Fiscales Supremo se pronuncia contra ley PL del Congreso
/getHTML/media/1234409
Lucio Castro: "Si no aumentan el presupuesto para Educación pediremos la renuncia del Ministro"
/getHTML/media/1234351
Top 5 restaurantes favoritos de Laura Graner en el Jirón Domeyer en Ciudad de Cuentos
/getHTML/media/1234411
¿Qué esta pasando con el fundador de Telegram, Pavel Durov?
/getHTML/media/1234257
Jorge Zapata de Capeco sobre creación del Ministerio de Infraestructura: "El Gobierno da palazos de ciego"
/getHTML/media/1234214
Alfredo Thorne sobre Petroperú: "Tienen que concesionar lo que le queda"
/getHTML/media/1234250
Nancy Arellano sobre Venezuela: "10 millones de venezolanos migrarían si Maduro continúa"
/getHTML/media/1234107
Abogado de agente 'culebra': "A mi cliente lo tienen trabajando en una comisaría"
/getHTML/media/1234108
Luis Villasana sobre Venezuela: "La presión internacional hará salir a Nicolás Maduro"
/getHTML/media/1234101
¿Quién tiene más poder en el país el Congreso o Dina Boluarte?
/getHTML/media/1233971
Peruanos pagaremos 120 soles mil soles por la defensa legal del ministro del Interior Juan José Santiváñez
/getHTML/media/1234112
El Banco de Crédito abrió su convocatoria al programa Becas BCP
/getHTML/media/1233958
Carlos Basombrío: "Dina Boluarte tiene un ministro a su medida"
/getHTML/media/1233955
Catalina Niño de Grupo OMG: ¿Cómo es el consumidor peruano?
/getHTML/media/1233583
¿Cuál es el superhéroe favorito de los peruanos? en Ciudadanos y Consumidores
/getHTML/media/1233584
Premios SUMMUM: Patricia Rojas revela nueva categoría
/getHTML/media/1233332
Futuro de Nicanor Boluarte en suspenso
PUBLICIDAD

[OPINIÓN] César Luna Victoria: “A ver si en creole nos entendemos”

“El Perú está lejos de ser Haití, pero tenemos un ADN que compartimos peligrosamente: las bandas criminales van teniendo éxito…”.

Imagen
Fecha Actualización
Haití tiene dos puertos. Uno es Puerto Labadie, un paraíso de playas caribeñas, de arena blanca y mar azul, a las que solo puedes llegar en cruceros de lujo. El otro es Puerto Príncipe, la capital, en la que, por estos días, se acumulan muertos por choques entre bandas criminales. Haití no tiene gobierno, ni siquiera para guardar las apariencias. ¿Cómo así? Haití fue el primer país de América Latina que logró su independencia y fue la primera república negra. Sin embargo, allí puede estar la causa de su desgracia. Primero España (1492) y luego Francia (1652) lo colonizan por sus tierras fértiles para la caña de azúcar, el café y el tabaco. Pronto su población nativa se extinguió por gripes y viruelas, y tuvieron que importar esclavos de África. Cuando Francia se dio su propia libertad por revolución (1789), Haití la imitó (1804), pero su victoria fue más bien simbólica: su bandera sería la francesa, pero solo de azul y rojo, sin el blanco, porque siendo negros les recordaba la esclavitud. Francia fue más práctica; les vendió la libertad por 150 millones de francos de oro, unos 121 mil millones de dólares al tipo de cambio con intereses y ajustes, una suerte de indemnización por haber perdido esclavos y tierras. Esa deuda consumió los excedentes de Haití hasta 1947. Paralelamente, para que no prospere el ejemplo de esclavos liberándose, Francia impuso un bloqueo comercial que solo fue eliminado cuando las exportaciones volvieron a ser controladas por empresas europeas.
Haití cambió su esclavitud física por la económica y les ha costado ser el país más pobre de América Latina, con un valor comercial que es la décima parte de la de sus vecinos, el 40% sobrevive por una agricultura de subsistencia y el 70% no tiene empleo. Es tan débil que no puede afrontar desgracias y eso las multiplica: un terremoto de grado 7 le hizo perder el 120% de su PBI (2010) y un huracán categoría 4 el 32% (2016). Pero la economía no lo explica todo. Durante 30 años sufrió la dictadura de los Duvalier (1957 – 1986) y los gobiernos posteriores duraron apenas 20 meses en promedio. El último presidente llevaba el récord de cuatro años, pero cambiaba de primer ministro cada semestre y fue asesinado (Jovenel Moïse, 2021). Lo sucede su último primer ministro (Ariel Henry), quien renunció la semana pasada porque las pandillas criminales no lo dejaban gobernar. Su líder es Jimmy Chérizer, alias “Barbacoa”, porque, dicen, le gusta asesinar a sus adversarios a fuego lento. Amenaza con matar a quien se le ocurra nombrar gobierno y anuncia genocidio si las Naciones Unidas envían misiones militares.
El Perú está lejos de ser Haití, pero tenemos un ADN que compartimos peligrosamente: las bandas criminales van teniendo éxito, no por su potencia de fuego, sino porque, en ausencia de Estado, generan empleo y alivian pobreza. Si aquí el Congreso ha eliminado las exigencias para la regularización de la minería informal, es porque sabe que cada vez más gente vive de ella y votan por populismo y no por responsabilidad. La tarea de recuperar Estado no se logra con fuerza, sino con calidad de los servicios públicos (política) y empleo (economía). Pero vamos mal: en el índice de gobernanza del Banco Mundial nos jalan con 08, mientras Chile logra 14. El Fondo por la Paz (FFP) alerta que estamos en camino a ser un país frágil y The Economist nos llama país híbrido, en camino de ser un país fallido. Así nos ven: durante 25 años fuimos el segundo mejor país de América Latina en crecimiento y reducción de pobreza (1990-2015). Sin embargo, en los últimos años la economía y la política cayeron. Nos advierten que debemos reducir desigualdades (economía) y lograr cohesión social (política); de lo contrario, no podremos controlar la siguiente conmoción social; entonces, sobrevendrá el caos (Reporte FFP 2023). Hemos perdido mucho, queda algo, pero ya no es suficiente. Que en la siguiente evaluación nos encontremos recuperados, con mayor economía y mejor gobierno, como nos imaginamos, más cerca de los primeros y más lejos de los últimos.
Perú21 ePaper, ingresa aquí y pruébalo gratis.
VIDEO RECOMENDADO