Más que un debate, un andamiaje

Lo del debate de la demanda competencial será histórico. Debió ser el jueves pero se reprogramó para el martes. Fuentes afirman que tres magistrados, conocidos por votar en bloque duro, pidieron la postergación. Más que por leer la ponencia del magistrado Ramos, por buscar argumentos para derribarla. El señor Ramos propone declarar infundado el recurso presentado por el presidente de la Permanente. Caput, señor Olaechea.

En el TC se juega no solo un debate constitucional, sino el andamiaje de los agoreros del golpe. El otrora bloque mayoritario ha predicado calamidades. Sus argumentos van desde que el Ejecutivo podía presentar una cuestión de confianza sobre la elección de magistrados, hasta que la denegación fáctica —o en los hechos— no está en tinta y papel sobre la Constitución (CPP).

Tal argumentación se contradice con lo que pasó el día de la disolución. Los congresistas sí votaron por el proyecto del gobierno para elegir jueces constitucionales, pero después de elegir al señor Ortiz de Zevallos Olaechea. Según el artículo 105 de la CPP, “tienen preferencia del Congreso los proyectos del Ejecutivo con carácter de urgencia”. Los disueltos se zurraron en la CPP. Lo del artículo 129 es un escándalo: “Los ministros pueden concurrir a las sesiones del Congreso y participar en sus debates con las prerrogativas de los congresistas, salvo votar”. A Del Solar le trancaron la puerta. Entró a codazos y consumó la cuestión.

Vea el debate, amable lector. Gran idea de la señora Ledesma emitirlo en vivo. Vea los rostros de cada magistrado, porque ese día los conoceréis. Se juega más que un precedente a futuro y una denegación fáctica. Si hubo empresarios peruanos que les dijeron a sus pares chilenos que el Perú sería Venezuela con la disolución, imagínese todo lo que está en juego en el TC.