El “manifiesto” americano

Lo más probable es que, como en 2016, Biden gane el voto a nivel nacional pero el sistema electoral estadounidense, que se dirime por cantidad de delegados electos que representan a los 50 estados, podría conducir a la reelección de Trump. Con un presidente que habla de posibilidades de fraude sin ninguna evidencia, que es selectivo al condenar la violencia (si viene de sus opositores, son “izquierdistas”, y si es responsabilidad de sus simpatizantes, “son nacionalistas que a veces se sobrepasan por entusiasmo”) y que lleva cuatro años polarizando a una nación que nunca cicatrizó definitivamente sus profundas diferencias raciales y étnicas, las elecciones se tornan cada vez más peligrosas.

A la proliferación de las protestas del movimiento Black Lives Matter, en su mayoría pacíficas pero con sus grupos violentos, se aúnan las demostraciones de poder de milicias armadas supremacistas blancas como American Wolf en algunas ciudades y pueblos, como en Atlanta, Georgia, donde, armados hasta los dientes, también se han organizado grupos paramilitares afroamericanos, como la Not Fucking Around Coalition, liderada por un veterano de las Fuerzas Armadas que se hace llamar el Gran Maestro Jay.

¿Se dirige EE.UU. a un quiebre, gradual, que podría separar al país en una entidad de supremacistas y otra multicultural? ¿Ciencia ficción? Si los republicanos y demócratas no comienzan a plantearse reformas constitucionales, más allá de Trump o no, podría ser el destino “manifiesto” de un país dividido.