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De vuelta al barrio

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Volvieron. Tal como dijeron que lo harían. Aquellos no familiarizados con los vericuetos de la política argentina se preguntan “¿cómo sucede esto en un país tan rico, tan culto?”. Pregunta equivocada. Justamente el problema argentino no es la riqueza. Su tierra sigue dando y las vacas siguen pastando. El problema es la cultura, stupid. Esto no lo arregla el PBI. El pueblo patagónico donde vivo era amable, pero se contagió como el resto. Direct TV me envía mensajes cada vez más amenazadores: si no pago, me cortan el servicio. Voy a la oficina local que abre a las cinco. Cinco y veinte y el pibe no ha llegado. A las 5 y media aparece, sin explicación. Le enseño el mensaje y mis facturas al día. “Ah, pero esto que te están cobrando es la factura de enero” (¿?!). “¡Pero sí estamos en diciembre!”. “Y... son cosas que pasan”. Llego a la vinoteca a pagar una compra. Abre a las 5:30. A las 6:20 llega el dueño tan pancho, ni media disculpa. “Llevo rato esperando”, le digo sonriendo, consciente de que me la estoy jugando peligrosamente, “cuando trabajaba en Nueva York si llegaba dos minutos tarde, tenía un lío”. Comentario equivocado. El tipo me fulmina con la mirada. Me achico, feo, y me disculpo rastrera: “Claro. Aquí son otros ritmos”. En Buenos Aires directamente me botaba del local.
La gente trabaja cuando quiere y el cliente que se jorobe. Un reclamo a una cajera, a un funcionario a uno del pueblo laburante nac & pop (nacional y popular) y sós el gorila enemigo. Mucho odio. La noción de la obligación se perdió hace tiempo y eso no se recupera. Vivimos en la permisividad constante. Todos son víctimas, nadie asume. Los ladrones roban y matan, pero no se les puede castigar, porque sería reprimir.
Volvieron los Fernández. Entre sus primeras medidas estuvo la de imponer una doble indemnización a los despidos –seguro que esto hará que el empleo se dispare– y la de reponer el “dólar turista”: todo gasto en dólares tiene 30% de impuesto. Pasajes, hoteles, compras, Airbnb, Netflix y Uber, un impuesto “para crear una Argentina inclusiva y solidaria”. Cada persona solo puede retirar hasta 200 dólares por mes (¿no les recuerda algo?) “para atesoramiento” afecto también al 30%; tremendo tesoro que van a juntar. Otra vez el cepo cambiario. Otra vez la Argentina aislada. Otra vez sopa.
El viernes circuló un documento en Aerolíneas Argentinas pidiendo a todos los empleados que anoten el nombre y el cargo de aquellos que estuvieron de acuerdo con el “vaciamiento” (despido) de los ñoquis de La Cámpora –los kirchneristas más radicales que cobraban sin ir a trabajar en la época de Macri. Avanza la cultura de la delación, mismo Soviet Supremo.
Esta columna tiene un doble propósito. Contarles que, en la Argentina, el problema cultural es más difícil de arreglar que el problema económico y recordarles que en el Perú estamos en un paraíso y no nos damos cuenta.
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