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Es peruana, trabaja en un hospital de Nueva Jersey y no puede ver a su hijo: “Estoy en constante riesgo al estar cerca a pacientes contagiados”

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(Foto: Composición)
Fecha Actualización
Una cosa es vivir lejos de tu país por decisión personal, por ir en busca de un futuro mejor. Pero una totalmente distinta es vivir lejos de tu hijo sin saber hasta cuándo volverás a verlo. Esta es la historia de Erika Carrión, una peruana que vive en Estados Unidos hace 19 años y debido a que trabaja en un importante hospital en Nueva Jersey, se ha visto en la necesidad de alejarse de lo que más ama para no exponerlo al coronavirus. Amor más grande que el de una madre, sin duda no existe.
“Él tiene 15 años, y no quiso irse con su papá, porque acá tiene sus cosas, pero debo trabajar y estar expuesta, y no quiero arriesgarlo. Le dije que necesitaba que se vaya por precaución. La idea no le agradó. Incluso, me dijo que si se iba, se llevaría a Arnold, nuestro perrito. Ahora estoy sin ambos y no sé hasta cuando será”, cuenta a Perú21. Erika Carrión es especialista en imágenes médicas. El coronavirus ha transformado su vida.
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En Nueva Jersey, el gobernador implementó la cuarentena. Será hasta fines de abril, pero no existe a ciencia cierta una fecha para el final.
“Yo cuento con tres trabajos, en realidad dos, porque también enseño ultrasonido en la Universidad Eastwick, pero como las clases están suspendidas, solo me quedan dos: una clínica donde se realizan procedimientos vasculares y en el área de imágenes del hospital de Nueva Jersey. Estoy en constante riesgo al estar cerca a pacientes contagiados, por ese mismo motivo es imposible cuidar de la mejor manera de mi hijo", dice Erika. Esta situación es de las más complicas que le ha tocado vivir: "No puedo salir a hacer nada. Trabajo todo el día y regreso a estar sola. No estoy acostumbrada a no estar con mi hijo o pasear al perro. Estoy tratando de acostumbrarme. El día a día incluso en el hospital es fuerte. Ese momento en que te miden la temperatura al entrar es de tensión, porque si es alta, no te dejan trabajar, es un estrés diario”.
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“No me ha tocado nada fuerte, felizmente, pero una amiga peruana que trabaja en un hospital de New York, me mostró la foto un refrigerador enorme que acaban de comprar porque la morgue ya no es suficiente para contener a los fallecidos”, detalla Erika Carrión, sin ocultar la preocupación y el miedo.
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