De España hasta el Perú, el reinado del toreo se consolida

Como rey que es, cetro en mano, se le espera en Lima, a nuestro encrestado gallo peruano, que hizo hace pocos días nuevo kikiriquí esta vez en la cajamarquina Feria de Cajabamba.

Allí dio cátedra y magisterio de cómo, con artística sutileza y torería, se es figura avasalladora; Andrés arrasó y llenó la plaza con público local y foráneo y propició un importante movimiento económico en la localidad cajamarquina.

La Feria de Acho lo tendrá, lógicamente, como eje central. En su programación (13 de noviembre) al lado de quien le cedió el trono, Julián López ‘El Juli’ en plena madurez, pero sediento siempre de gloria. Esa será tarde de alternativa para el mexicano Arturo Gilio.

Dentro de las tres corridas de toros anunciadas destaca también el festejo inicial, este próximo domingo 28, en que se anuncia una terna de toreros banderilleros protagonizada por el sevillano Manuel Escribano, Fernando Roca Rey, ídolo que se retira del toreo profesional, y Jesús Enrique Colombo de prolífica temporada en el interior y fogonazos europeos que lo ponen en el partidor de cara a las ferias españolas y francesas de 2023.

El domingo 6 de noviembre será turno para Antonio Ferrera, siempre sorprendente, quien alternará con Emilio de Justo y nuestro crédito nacional Joaquín Galdós.

De Justo es figura ansiada desde 2021 donde coronó triunfos de oro en Sevilla y Madrid y este año refrendó una accidentada campaña con triunfos estelares tras recuperarse con garra de león de una grave cogida.

El limeño Joaquín Galdós ha hecho una brillante temporada española donde no le fueron ajenas las plazas de Sevilla y Madrid, y recorrió la península ibérica, donde acumuló triunfos significativos, destacando los de Azpeitia, Soria y su faena al sexto en Yecla que queda como una de las grandes faenas de toda la temporada 2022.

Durante el año voló de España, que es donde centra su vida taurina, al Perú, donde tuvo un recorrido potente por plazas del interior como Puquio, Chota, Cutervo, Chalhuanca, Celendín, Sicaya, Coracora o Carhua; en la propia tierra, sí se puede ser profeta.

Así terminará nuestro año taurino, por lo alto, tras larga temporada que en provincias fue con llenos en las plazas, y figúrense ustedes, apenas recuperados de la lúgubre pandemia, en más de 600 corridas. Los toros siguen siendo, pues, el segundo espectáculo de masas en el Perú porque, sí señor, las tradiciones, y si son parte de nuestro mestizaje, importan.